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La fotosíntesis


Como no hago nada de provecho más que deberes de cuarto de primaria, me he dado cuenta de que las plantas son seres vivos que llevan a cabo las mismas funciones que un ser humano, como comer, respirar y reproducirse. La noticia me llenó de inquietud y me fui inmediatamente a la terraza con mi silla de director de cine y mi libreta verde. Me senté delante de dos plantas y me puse a observar la fotosíntesis. No pasaba nada, y al cabo de dos horas de laborioso pensar deduje que era porque con mi cabeza tapaba el sol, que a su vez ya estaba tapado por unas nubes muy gordas, y cuyos tímidos rayos no pegaban en las hojas sino en mi hueso occipital. Y como no quería que nadie pensara que me había pasado la mañana sin hacer nada, hice un dibujo de las plantas, con unas flechas que salían de las hojas y con unas flechas que señalaban en dirección a las hojas, como en los libros, y un cráneo con un interrogante sobre el mismo, y dejé la libreta abierta encima del escritorio a ver si alguien se fijaba en mi laborioso quehacer. Pero no fue objeto de atención por parte de nadie. No me importa mucho, porque sé que los investigadores nunca hemos sido comprendidos en nuestro tiempo. Sin embargo, y gracias a estas lineas fijadas en la red para la posteridad, no dudo de que la historia me juzgará con benevolencia.

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Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.