Nunca Bilbao fue tan Bilbao, tan fanfarrona, dice Rodrigálvarez. Nunca no, pero si hacía demasiado. Los niños de Bizkaia merecían una noche así, y esta primavera del fútbol venida desde Rosario, en la Argentina. Ver en video dos mil veces seguidas al 28 en el 87 recortar en el área y asistir al grande para que la embocase. Escribir en el tuenti que yo estuve en San Mamés en la noche que mi padre se volvió loco, como el entrenador que tenemos. Y tener un viernes de banderas y de piras. Y soñar con la gabarra.
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.