Egunon Mikel: ¿Tú sabías que existe una gran afinidad cultural entre la gente de La Mancha y la del Sudeste asiático? ¿No? Yo tampoco, pero es así. Desde los tiempos en que Don Quijote iba a los chinos a rellenar las alforjas de Rocinante de chuminadas para sus aventuras. Tan estrecha es la relación que el que dirigía la televisión pública de la Comunidad, un señor que se llama Ignacio Villa , decidió instalar dos corresponsalías en el extranjero: una en Bruselas y otra en Hong Kong. Esta última tenía la misión de enviar cada día noticias sobre cualquier cosa de interés para un manchego: una cata de vinos de Valdepeñas en Kuala Lumpur, una presentación del Quijote en mongol en Ulán-Bator o una promoción de quesos en el paddock del Gran Premio de Fórmula 1 de Singapur. Había días en que la corresponsal, que se llamaba Ana Pérez, no mandaba nada, y entonces Ignacio la llamaba insistiendo, mándame algo para abrir el informativo de las nueve, que aquí no ha pasado nada en todo el d
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.