Egunon Mikel:
¿Tú sabías que existe una gran afinidad cultural entre la gente de La Mancha y la del Sudeste asiático?
¿No? Yo tampoco, pero es así. Desde los tiempos en que Don Quijote iba a los chinos a rellenar las alforjas de Rocinante de chuminadas para sus aventuras.
Tan estrecha es la relación que el que dirigía la televisión pública de la Comunidad, un señor que se llama Ignacio Villa, decidió instalar dos corresponsalías en el extranjero: una en Bruselas y otra en Hong Kong. Esta última tenía la misión de enviar cada día noticias sobre cualquier cosa de interés para un manchego: una cata de vinos de Valdepeñas en Kuala Lumpur, una presentación del Quijote en mongol en Ulán-Bator o una promoción de quesos en el paddock del Gran Premio de Fórmula 1 de Singapur.
Había días en que la corresponsal, que se llamaba Ana Pérez, no mandaba nada, y entonces Ignacio la llamaba insistiendo, mándame algo para abrir el informativo de las nueve, que aquí no ha pasado nada en todo el día, que Cospedal no ha vendido ningún hospital esta semana, no sé, algún glaciar que se haya derretido de repente en el Himalaya, la nube tóxica de Pekin que va a llegar a Tomelloso, algo... Hasta diez veces la llamó un día. Más de trescientas veces durante el tiempo que Ana ejerció de corresponsal, hasta cinco mil euros de los manchegos se gastó Ignacio en llamadas a Hong - Kong.
Así que te no extrañes si solo ves coreanos la próxima vez que vayas a Toledo. O si la única aerolinea en operar desde el aeropuerto de Ciudad Real es Camboya´s Air. Fruto todo de la trabajera de la corresponsal en Hong Kong.
Y de lo rentables que son cinco mil euros de dinero público bien gastados en teléfono.
¿Tú sabías que existe una gran afinidad cultural entre la gente de La Mancha y la del Sudeste asiático?
¿No? Yo tampoco, pero es así. Desde los tiempos en que Don Quijote iba a los chinos a rellenar las alforjas de Rocinante de chuminadas para sus aventuras.
Tan estrecha es la relación que el que dirigía la televisión pública de la Comunidad, un señor que se llama Ignacio Villa, decidió instalar dos corresponsalías en el extranjero: una en Bruselas y otra en Hong Kong. Esta última tenía la misión de enviar cada día noticias sobre cualquier cosa de interés para un manchego: una cata de vinos de Valdepeñas en Kuala Lumpur, una presentación del Quijote en mongol en Ulán-Bator o una promoción de quesos en el paddock del Gran Premio de Fórmula 1 de Singapur.
Había días en que la corresponsal, que se llamaba Ana Pérez, no mandaba nada, y entonces Ignacio la llamaba insistiendo, mándame algo para abrir el informativo de las nueve, que aquí no ha pasado nada en todo el día, que Cospedal no ha vendido ningún hospital esta semana, no sé, algún glaciar que se haya derretido de repente en el Himalaya, la nube tóxica de Pekin que va a llegar a Tomelloso, algo... Hasta diez veces la llamó un día. Más de trescientas veces durante el tiempo que Ana ejerció de corresponsal, hasta cinco mil euros de los manchegos se gastó Ignacio en llamadas a Hong - Kong.
Así que te no extrañes si solo ves coreanos la próxima vez que vayas a Toledo. O si la única aerolinea en operar desde el aeropuerto de Ciudad Real es Camboya´s Air. Fruto todo de la trabajera de la corresponsal en Hong Kong.
Y de lo rentables que son cinco mil euros de dinero público bien gastados en teléfono.
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