Con la prohibición de los toros en Catalunya, la estupidez se ha enseñoreado de la vida política. Así que voy a aprovechar para desatar mi avatar estúpido y reclamar que se prohiban las verbenas de por la noche. Tienen la misma tradición cultural que las corridas de toros y provocan un sufrimiento inútil en muchos. Personas, en este caso. Los que tienen que madrugar para ir a trabajar, los enfermos, los ancianos, los niños de sueño difícil, en fin. Tanto sufrimiento y tanta molestia provocan estas juergas nocturnas, que el Ayuntamiento de Torrelodones puso este año hora de término a la verbena: las dos de la madrugada. Llegada la hora, la policía de acercó diciendo venga, vamos, a casa, a dormir la mona, venga señora, suelte a su pareja, caballero, se ha confundido de señora, que esta no es la suya, venga chavales, a ver esos litros, los vamos acabando, vamooos... Y el tema acabó con contenedores quemados, coches cruzados como barricadas, y un montón de detenidos y heridos.
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.