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Mostrando entradas de junio, 2012

Aprovechar el re-vuelo

No, Mikel, no. Hay que buscar otra solución. ¿Qué quieres? ¿Que la azafata me vea encendiendo el móvil a escondidas? ¿Y si es una de esas feas, que van con moño, y de rostro severo, que según la ves venir por el pasillo ya pones el respaldo en posición vertical y la mesita plegada aunque no toque, por si te cae una bronca? ¿Y si nuestros mensajes interfieren en las órdenes de vuelo y acabamos en Boston, o en Ourense? Aunque a lo mejor, si viaja Melendi en el mismo vuelo podemos aprovechar el re-vuelo para mensajearnos a escondidas. No sé, me parece muy arriesgado. Tenemos que pensar algo.

Tenemos que hacer algo

Mikel, tenemos que hacer algo. La final de la Eurocopa me pilla en pleno vuelo a Madrid, sin tele, sin ordenador, sin radios (¿qué prohibían en los aviones antes de que hubiese dispositivos electrónicos?). Esconderme en el WC con una radio me parece cutre. Secuestrar el vuelo y dirigirlo a Kiev es arriesgado, y tampoco tengo medios. ¿Qué hacemos?

Viva el ministro, por dios (vamos, Mikel, txapeldun!!!)

Un ministro del Gobierno de Rajoy acabó en el ministerio de Educación porque sabe mucho de encuestas. Es lo lógico, porque en Educación se hacen muchas preguntas. Va a quitar la asignatura de Educación para la Ciudadanía y la va a sustituir por otra en la que se traten cuestiones menos controvertidas y menos susceptibles de adoctrinamiento ideológico. Pasa por alto que en una hora semanal, que es lo que dura la asignatura, no hay quien adoctrine a nadie. Adoctrina la tele, a la que los educandos dedican más de veinte horas a la semana, y con ella no se mete. Pero como yo soy una persona cooperadora y poco conflictiva, sugiero temas para trabajar en esa hora. Temas nada controvertidos y en los que nadie podrá adoctrinar a nuestros hijos. Por ejemplo, la variada gastronomía de las tierras de España, o trajes regionales de nuestra rica y variada cultura española, o danzas y folklores regionales de la única nación de todos los españoles, que es España, o ayer y hoy de La Roja, o costura, m

Y cosas que mejor no oir (venga, Mikel, txapeldun!!)

Al arzobispo de Valladolid le parecía mal que una persona que había ido a Brasil a casarse con su novio en una celebración civil presidida por un amigo suyo fuera la pregonera de la Semana Santa vallisoletana. Decía que una que se casa por lo civil no tiene autoridad para invitar a nada cristiano, aunque se trate de la vicepresidenta del Gobierno de la católica España. Al final Soraya hizo el pregón, porque en Valladolid sigue mandando más el PP que el arzobispo, y porque una vez que ha dicho lo que tiene que decir, a don Ricardo Blázquez le importa un pito lo que pase.

Hay cosas que es mejor no saber (vamos, Mikel!!! a por la sanjuanada!!)

Llevaba unos días viendo la espuma de afeitar fuera de sitio. Y las cuchillas también, Hasta que cenando pregunté: - ¿quién está usando mi espuma de afeitar y mis cuchillas? - ... - ¿por qué parte del cuerpo de quien está pasando la cuchilla que luego pasa por mi cara bonita? El silencio de Ana la delató. Y no pregunté más. Hay cosas que es mejor no saber.

Problemas y soluciones (aúpa, Mikel!!!)

He oído un anuncio en la radio en el que una señora dice: - es que no sé qué hacer, mi hija ha suspendido todo . Y otra le contesta: - no te preocupes, dale ceregumil fósforo. Y a tomar por el saco. ¿Problema? Solución. Aunque yo le daba otra cosa.

memoria estúpida

Dicen que la memoria humana es selectiva. Es una manera de hablar. Mi memoria es estúpida. Directamente. Se acuerda de las cosas más idiotas y olvida las importantes. ¿Te acuerdas de mí?, me dijo una chica guapísima en la cola del embarque. Y tuve que reconocer que no.Tampoco me acuerdo de las citas con el psiquiatra ni de tomarme las pastillas. Me suelo olvidar de que estoy herniado y a veces cruzo la calle por cualquier lado y tengo que dar cinco o seis pasitos a la carrera para que no me pille un coche, y luego me tengo que tumbar dos horas. Y a veces no recuerdo cuántos hijos tengo, y me levanto de madrugada a hacer recuento. Un desastre. En cambio me acuerdo de que Patxi Salinas jugó la final de 84, cuando todo el año había estado jugando Gallego. Y de en que año mi padre se dejó crecer el bigote. Y de cómo el polo que llevo puesto lo compré en Hernani en el 94. Un desastre

Si es que esto tenía que acabar así (vamos, Mikel, asturiano!!!)

Una anciana a la que tenían aburridos los de Euskaltel se apostó delante del teléfono con un pito de árbitro, y en cuanto sonó y escuchó aquello de conoce usted las ventajas de la fibra le soltó un pitido que le dejó al comercial todos los huesecillos del oido interno del revés. Los médicos le diagnosticaron una pérdida auditiva del 650%, y el juez condenó a la señora por un delito de lesiones a pagar 800 euros al lesionado. Seguro que hay formas más sanas de protestar. Y más baratas.

El plan A y el plan B (aúpa, Mikel!!)

La policia polaca no está para tonterías. Y dispone de dos planes para reprimir comportamientos incívicos en la Eurocopa, el A y el B. El plan A consiste en que si te ven montando follón te disparan con un artefacto que hace que te hagas pis encima. Ellos piensan que te dará una vergüenza tremenda y que te retirarás a cambiarte. Y no cuentan con que muchos de los que montan follón ya van mojados, y un fluido más o menos no altera sus comportamientos. El plan B consiste en que un perro policia te pega un bocao en los testiculos. Esto si suele conllevar la retirada del follonero, pero porque no le quedan más huevos, estrictamente dicho. A mí me parece que faltan planes intermedios.

Se siente, se siente... (vamos, Mikel, vamos)

Aunque yo las dejo siempre a mano, mis zapatillas siempre están debajo de la cama, y al agacharme a sacarlas se me sale el disco artificial de la espalda. La suela de una de ellas se ha despegado, y el loctite ya no está en su sitio. Mis cinco auriculares han desaparecido, y a las noches no puedo escuchar en la cama los partidos de la Eurocopa. La bombilla de mi mesilla se ha fundido, para que tampoco pueda leer. El enemigo está muy cerca.

Un consejo (vamos, vamos, Mikel, txapeldun)

Hay un salmo de la Biblia que dice "que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de tí" (refiriéndose a Dios). No sé cómo podían rezar diciendo esas cosas. A mi me daría la risa imaginándome al pobre olvidadizo con la lengua pegada al techo de la boca y hablando con severas dificultades. Gracias al mismo Dios al que se cantaban esas cosas, que a uno se le pegue la lengua al paladar es muy difícil, a no ser que te pongas loctite en lugar de mantequilla en las galletas del desayuno. O que las hostias del domingo estén caducadas, y entonces, al empujarla hacia arriba, hostia, paladar y lengua queden unidos para siempre. Por eso al Xavi le digo que la muerda y de deje de leches, que nuestro Señor no dijo "tomad y chupad",  sino "tomad y comed".

Hay mucha gente transtornada (Vamos, vamos, Mikel, txapeldun)

He visto que un artista holandés ha disecado su gato para convertirlo en un helicóptero. Y luego lo ha expuesto. Y hay gente que va a mirarlo. Y pagan por hacerlo. La pena es que no lo disecan a él.

Xavi y las hostias

Al Xavi se le pegó al paladar la hostia de la segunda comunión, igual que pasó con la de la Primera, y se puso a hacer chasquidos con la lengua para despegarla, y comentarios en voz alta, del estilo "se me ha pegado la hostia". El sucedido aconteció en el funeral de su tío, de ambiente no tan festivo como en la Primera Comunión, y terminó con una amenaza de su madre que también tenía que ver con las hostias, pero de otro tipo.

Performance

Me encontré con el coche en la Gran Vía esperando que el semáforo cambiara de color, y delante de mí estaban paradas dos peatonas guapísimas hablando animadamente con sus carpetas y sus bolsos y sus coletas. Pensé qué bien, una performance en directo, dos chicas aplastadas por el CO2 en plena urbe como si la cosa no fuera con ellas, pero no, eran dos palurdas obstaculizando el tráfico, sin más.

A ver si somos serios (Vamos, Mikel, txapeldun)

El egunon de esta mañana tiene que ser muy serio, porque a Mikel, cuando se ríe, le tiran los puntos, y cuando se ríe a carcajadas acaba llorando. Así que quiero deciros que desde que soy un conductor reeducado y sensibilizado soy más circunspecto que antes, respeto todas las señales de tráfico, paro delante de los semáforos en ámbar, en lugar de acelerar, miro para todos los lados delante de los pasos de cebra, y siempre estoy muy serio mirando para adelante o por los retrovisores. Nada me distrae, y me he convertido en un palizas al volante. No doy conversación, no escucho lo que dicen, me trago la música que me ponen sin protestar más que levemente, y solo me doy al cachondeo en el área de servicio de Los Monegros. Ya os explicaré por qué, si lo descubro.

Antonia (vamos, Mikel, txapeldun)

Cuando dentro de un rato entre Mikel en el quirófano, la anestesista no tendrá que decirle aquello de "piensa en algo bonito", hasta que la anestesia haga su efecto, sino que le preguntará a ver qué haces descojonao de la risa, si te vamos a operar, y Mikel le contestará que es porque se está imaginando a una señora que hacía la rehabilitación con su tío en Cruces por las mañanas. Antonia, se llamaba, la que se metía con gafas de ver en la piscina, y con un gorro de flores de plástico, que no debía haber visto un hombre en su vida y me decía aquello de "ven pa´cá guapetón, que te doy un achuchón", y yo me moría de vergüenza, y que, pese a tenerlo prohibido, decía "vamos a nadar un rato", y se ponía a hacer unos largos a krol, por llamarlo de alguna manera, pegando con los pinreles en el suelo, porque cubría por las rodillas, embutida en flotadores por arriba y por abajo, sacando los bracitos así, casí sin poder moverlos, cantando "soy la reina de los

Llongueras

Como quería ser solidario con Mikel, nada más llegar a Madrid me fui a cortar los pelos, en el ratito libre que tenía. Me hizo el arreglo un joven musulmán que se paraba a cada rato a mirar la tele. En una peluquería de caballeros de Villaverde con el suelo alfombrado de pelos de varias generaciones, y mierda por toneladas en los espejos y en los hules que cubrian cualquier espacio donde se pudiera depositar un algo. El muchacho tampoco daba conversación, y eso ya es un punto. Mientras pasaba la maquineta, miraba al televisor y mantenía con los protagonistas, o con los espíritus de sus antepasados, yo que sé, una conversación entrecortada de risas y de jaculatorias. Se había aprendido mi cabeza de memoria y no necesitaba mirar, más que de vez en cuando, o cuando notaba sangre en los dedillos, y para poner un apósito remojado en alcohol de 90. Buen rato no pasé, pero por seis euros...

De Valladolid (vamos, Mikel, txapeldun)

La desorientación del Xavi empieza a preocuparme. Y lo que piense de mí, también. Hoy estaba yo cenándome a medias con Mikel una tortilla de jamón de esas rotundas que ponen en el hospital, cuando me entra una llamada de un número desconocido. - debe ser el Xavi, que suele gorronearle el móvil a sus amigos para hacer llamadas a estas horas, comenté con la boca llena (los espirales con tomate estaban más buenos todavía). - ¿Sí? - ¿Aita?, ¿ya has vuelto de Valladolid? (yo había ido a trabajar a Rabé de las Calzadas, en Burgos, y no me explico cómo él pensó en Valladolid, si yo nunca he ido a trabajar a Valladolid, debe ser porque llevamos toda la semana estudiando paises y capitales europeas, y el subconsciente le rebotó el nombre de Pucela como podía haberle envíado el de Tallín o el de Bratislava) - Sí, ya he vuelto de Valladolid, ahora estoy en el Hospital con tu primo, ¿qué se te ofrece? - ¿qué? - que qué quieres, que para que me llamas. - a ver a qué hora tengo que i