Al arzobispo de Valladolid le parecía mal que una persona que había ido a Brasil a casarse con su novio en una celebración civil presidida por un amigo suyo fuera la pregonera de la Semana Santa vallisoletana. Decía que una que se casa por lo civil no tiene autoridad para invitar a nada cristiano, aunque se trate de la vicepresidenta del Gobierno de la católica España.
Al final Soraya hizo el pregón, porque en Valladolid sigue mandando más el PP que el arzobispo, y porque una vez que ha dicho lo que tiene que decir, a don Ricardo Blázquez le importa un pito lo que pase.
Al final Soraya hizo el pregón, porque en Valladolid sigue mandando más el PP que el arzobispo, y porque una vez que ha dicho lo que tiene que decir, a don Ricardo Blázquez le importa un pito lo que pase.
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