Egun on, Mikel. Aquel día de finales de junio amaneció con el cielo limpio y el suelo seco. Desde el balcón oía a algunos, de esos que hacen comentarios en voz alta mientras sus perros se alivian, suspirar y decir que ya era hora, porque la semana anterior estuvo pasada por agua y las temperaturas bajaron hasta los quince grados, y ambas cosas, entrado el verano, desasosiegan a los humanos más vulnerables. A otros les da igual. Particularmente, a muchos varones de más de 50 años y algo desinhibidos que, en cuanto el termómetro pasa de los 25 grados dos días seguidos, y ven en el calendario que están en junio, sacan de la parte de arriba del armario la caja donde guardan su media docena de pantalones cortos vaqueros con dobladillo por encima de la rodilla, y sus camisas de cuadros de manga corta, planchan las prendas, o se las hacen planchar, se las ponen, y ya no se las quitan hasta después del veranillo de San Martín, en noviembre. Vestidos de esa guisa, y debajo del paraguas, porque
Cuando salió elegido dijo que iba a haber transparencia en las actuaciones del Gobierno y que no iba a realizar recortes en Sanidad ni en Educación.
ResponderEliminarPor causa de su defecto logopédico, evitaba decir palabras que terminaran en ese, como chorizos, o Bárcenas.
ResponderEliminarA consecuencia de repetir incesantemente la palabra transparencia, que a la dificultad de la ese añade la de que ésta va a caballo entre otras dos consonantes, la ene y la pe, tuvo un día un colapso episódico, y llamó a la Ministra de Sanidad para que le mandara un médico al Palacio desde el cual gobernaba la nación, que era única e indivisible, por causa de su Constitución.
ResponderEliminarLa Ministra, sin embargo, ocupada como estaba en inflar unos globos para la fiesta de cumpleaños de su hijo el pequeño, no oyó el móvil, y no pudo recibir el encargo.
ResponderEliminarY no nos olvidemos con nuevos capítulos que Bárcenas va y viene y no se detiene, gracias a sus sobres, esquiando (y no en Sierra Nevada precisamente)... mientras los demás seguimos siendo, cada vez, más especialistas en tortillas de patata porque, gracias a Dios, huevos no nos faltan.
ResponderEliminarCuenta Pilar que el gobernante de la barba, que no puede decir Bárcenas porque acaba en ese pasa el muerto (mejor dicho el vivo) a la Sra. Fátima Bañez, por no utilizar a alguien del inem (total con los que aglutina) para hacerle llegar un sobre (que de esto si entiende) con la petición por escrito.
ResponderEliminarLlama entonces al de los sobres, ¡a ver, el de los sobres!, lo cual le produce un rebrote de su enfermedad, al ser una palabra con dos eses, y el de los sobres viene en su escúter y se va con el recado a casa de la vicepresidenta, cuyo nombre empieza por ese y cuyo aprellido, compuesto, tiene dos palabras que empiezan por ese (S. S de S.). Dios, qué cruz
ResponderEliminarAl de la escúter, por aquello de los recortes, le habían cambiado la yamaha por una mobilette cady a la que había que dar pedales al subir Serrano, y llegó despichado a su destino, cagándose en las putas de Haro y en cosas más feas, por lo que al llegar a casa de la Ministra (S.S de S. también tenía una fiesta de cumpleaños, aunque sin globos) recibió una reprimenda del Ministro de Educación, que había ido a la fiesta a ver si podía utilizar a los niños allí presentes en un espot que publicitara el nuevo que promovía, y que consistía en que los niños estudiaran por un lado y las niñas por el otro, en suprimir mariconadas como la educación para la ciudadanía, y en volver a aulas de cincuenta alumnos.
ResponderEliminarComo huevos no nos faltan, va la gente y se manifiesta por la Castellana, como todos los sábados, y le cantan a los ministros aquello de "hasta los huevos, estamos hasta los huevos, hasta los hueeeeevoooos, estamos hasta los huevos", con la musiquilla de la guantanamera.
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