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Mostrando entradas de julio, 2012

Mis hijos se han despertado

Yo sé que mis hijos se han levantado de la cama porque oigo sus estornudos. Estornudan mucho. Una media de entre veinte y veinticinco estornudos por niño y mañana. Como tengo tres, entre las nueve y las diez mi casa es una sinfonía del estornudo. Mikel, tú ni lo intentes que te tirarán los puntos. Los estornudos de mis hijos son otra muestra del poco cuidado que he puesto en las cosas más elementales relacionadas con su educación. Uno de ellos se limpia los mocos con la manta con la que se tapa para ver la tele cuando se levanta. Si, sí, con manta aunque sea verano, porque ya dice el refrán que todo buen catalán tiene frío después de desayunar, y estos niños son medio catalanes. Otro estornuda con la boca abierta y va llenando la pared de felipones. De hecho, y para ver si los padres se implican o no en los buenos modales de los niños, en lo primero que me fijo al entrar en una casa es en si hay salpicones de felipones en las paredes o en los techos. Y otro va con un rollo de papel hig

Desescribir

Me decía Mikel esta mañana en la sala de espera del neurocirujano que quería empezar a escribir, y yo le he dicho que se lo piense dos veces, porque aunque al principio tiene su gracia, luego presenta algunos inconvenientes. Sin ir más lejos, al que esto suscribe le aconteció en la mañana de ayer un hecho paranormal que he puesto en su conocimiento, y ahora en el de todos, y tiene que ver con lo de escribir. Resulta que tengo que presentar un trabajo en el mes de septiembre: 40 hojas DIN A4, con espacio tal y márgenes tal y cual. A las siete de la mañana, cuando me puse a la tarea, llevaba escritas 23 páginas. Y hala, quita, pon, corrige un poco, esto sobra, esto falta... tan a gusto en mi labor creadora que se me fue yendo el santo al cielo, y a las doce, cuando dije ya está bien me voy a poner un vermú, el número de páginas escritas era de 21. Esto quiere decir que en cinco horas de trabajo había desescrito dos páginas. Así que me puse un vermú, detrás de otro.

Momentazo coche de alquiler

Momentazo coche de alquiler en plena madrugada de la sierra madrileña es cuando llegas a Collado Villalba y encuentras un hueco para aparcar enfrente del hotel, y notas, al intentar meter la marcha atrás, que no sabes cómo se hace, y lo intentas de todas las maneras que entran en los coches normales la marcha atrás y nada, los coches coreanos es lo que tienen, y detrás, porque estás en medio de la carretera de La Coruña, ya hay una fila de seis o siete, y de frente viene un camión tuneado repleto de seguidores de La Roja, que acaba de ganar la Eurocopa, cantando yo soy español, español, español, italiano el que no bote te te, y cosas de esas, y pidiendome que haga sonar la bocina para sumarme a la fiesta, pero tampoco acierto con la bocina y se mosquean y me llaman italiano de mierda, y se van, y yo meto primera a ver si doy la vuelta en la siguiente rotonda, y la doy, y voy dando vueltas a las rotondas pasando doce veces por delante del hotel pensando Mikel y Ángela estarán tan tranqu

señoras y señores diputados, por favor

Llevaba yo unos días, desde que ví a la diputada Fabra, hija del diputado Fabra, diciendo aquello del que se jodan, queriendo escribir algo gracioso y ocurrente, y solo se me ocurrían palabrotas y vocablos gruesos, irrepetibles en un espacio decente como este. Como la escena que protagonizó en el Congreso nos pilló a todos delante del telediario, por la noche, y con los niños protestando porque era su hora de tele, sólo se me ocurrió decirles que quitaran esa mierda y que siguieran viendo "la que se avecina", bazofia sin par en la que encontrarían, si seguían viéndola, como todo hace prever, hasta la eternidad, algún comportamiento más honesto que el de la señora diputada. Y luego vi este video que quiero compartir porque me parece una honesta demostración de rabia. No sé si comparto todas las expresiones, que ya sabéis lo fino que soy, pero si ese fondo macarra de ya está bien, señoras y señores diputados.

Mikel, Bielsa y la lluvia

Egunon, Mikel. En Bilbao ha amanecido lloviendo y con temperatura fresquita, lo normal para estos días de julio, pero el ambiente sigue calentito con lo de Bielsa. Algunos simples dicen que no entienden lo que está pasando, total, por unas obras de nada, y lo que no entienden es que lo que está en juego es decir la verdad o no decirla, aunque sea por una obras, como cuando en casa falta media pizza y nadie dice quien se la ha comido, lo importante no es la pizza, sino que alguien está mintiendo, y eso está feísimo. Y si eres Bielsa, más que feísimo.

Consejos mediterráneos

Bueno, Mikel, ya estás en Xilxes, donde para asar una chuleta no hace falta barbacoa, que la sujetas así con los dedos en dirección al sol y en dos minutos está lista. Ponte crema en todos los lados y no te olvides de denunciar ante los municipales a todos los hombres que veas con chancletas, pantalones pirata, camiseta y bolso, por atentado contra el equilibrio estético del planeta. La humanidad entera te agradecerá el detalle. Aliméntate a base de horchatas y helados al microondas, y deja la comida mediterránea para cuando vuelvas al cantábrico. Sal con tapones para los oídos a la calle, que estos valencianos, de fiestas, no hacen más que ruido. Y susto. Y no dudes en utilizar los alicates para separar a Ane de la pierna de tu madre, que con el calor podrían acabar fusionadas, pierna y niña.

Wii

Mira, Mikel, como España no hacía más que ganar partidos, me aficioné a jugar al FIFA 2012 en la Wii, yo de España, claro, pero ya lo he dejado porque mis hijos han dejado de hablarme. Jugando con Andoni me metí un gol en propia puerta, el del empate, en el minuto 90 de partido. Y jugando con el Xavi he salido con el portero fuera del área con el balón en las manos, y me han expulsado. Y eso que yo ponía toda mi concentración. Ya no tengo nada que hacer. Si me acerco, apagan la Wii y hacen como que están viendo Alerta Cobra. Farsantes.

Efusiones

Cuando despegamos ya iban 2-0, y por lo que me dan mis cuarenta años de experiencia en mundiales y eurocopas, sabía que los italianos no meterían un gol a no ser que el partido durara hasta el jueves. Lo que estuvo feo es que el comandante dijera que ya éramos campeones de Europa, al meter el cuarto, porque dos italianos que iban sentados delante de mí preguntaron a ver si ellos también eran campeones de Europa, y que a ver cómo era eso. Y tampoco estuvo bien que el vecino de asiento quisiera abrazarme, rompiendo una barrera de pudor y de respeto que siempre se interpone entre dos hombres hechos y derechos que no se conocen de nada, y a los que no puede unir una efusión, por patria que esta sea. Así que le dejé con el abrazo a medias y seguí leyendo. Todavía no me he arrepentido y ya ha pasado un día. Confío en que encontrara en otros brazos más amorosos en los que caer esa noche.

Solo quedan unas horas...

Vamos, Mikel. Solo quedan unas horas. Y estoy a punto de quedarme sin final de la Eurocopa. Sí, a lo mejor todos los que van en el avión están como yo, y el comandante, para evitar un motín a bordo, nos va comentando el partido, que si por fin ha salido Llorente, que si Ballotelli le ha pegado a una señora que se estaba comiendo un plátano porque pensaba que lo hacía para provocarle, y resulta que era que porque el médico le había dicho que tomara potasio, que si Navas ha hecho un centro decente al área, que ya era hora, pero eso no resuelve el problema, porque yo, si no oigo carrussel, no entiendo bien lo que dicen. Y luego está que a lo mejor todos los que viajan en el avión son italianos, que la globalización es lo que tiene, o es italiano solo el que viaja a mi izquierda, o a mi derecha, qué corte, o la azafata es italiana, o nos dan tortellini para cenar, y entonces cómo va a ganar La Roja, si estamos todos como bobos comiendo tortellini?. Hay que pensar algo. Y hay que hacerlo