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Mostrando entradas de agosto, 2014

Ángeles de la guarda

Egunon, Mikel: en Gaza, anteayer, palestinos e israelíes firmaron una tregua indefinida. En contra de lo que parece, indefinida no significa para siempre, sino hasta que dure, ya se aplique a las treguas o a los contratos. Los ángeles de la guarda de los niños gazatíes no han sido capaces de cumplir la misión que les fue encomendada. Como tantas otras veces en la historia de esto que mal llamamos humanidad, querubes desesperados terminaron girando visita al Altísimo para explicarle que vieron que la mala sangre de muchos hombres es más grande que el corazón de muchos más, y que en eso ha quedado la Creación. ¿O no existen los ángeles de la guarda? ¿O los privatizaron los ricos?

Malditos prejuicios

Egunon Mikel, estaba comiendo con tus primos un plato de pasta. Ví que Ana apartaba algunos trozos, y que Xavi le imitaba, y les pregunté a ver qué. - no me gustan estas setas, contestaron. - no son setas, queridos, son trozos de salchichas blancas. - ah, a ver... ummm, qué buenas las salchichas! Si comes una salchicha en modo seta, no te gusta, pero si te la comes en modo salchicha, sí. Lo cual confirma, una vez más, 1, que nuestros prejuicios conforman la realidad. Si crees que algo es una seta, es una seta (aunque sea una salchicha). Y como seta que es, la apartas del plato. 2, Que los prejuicios determinan las expectativas. Si esperas sabor de seta, aunque sepa a langosta, como no sabe a seta, no te gusta. 3. Que los prejuicios determinan nuestro comportamiento (con los demás). Si una seta no se comporta como una seta, la apartas de tí. Malditos prejuicios...

Idiotas con empeño

Egunon, Mikel: en el minuto 1 de la creación, junto antes de hacer cada uno su aparición en la tierra, Dios le reparte, en cantidades iguales, un poco de sentido común y un poco de estupidez (las inteligencias vienen de fabrica), y le dice "allá te las compongas". Luego le insufla a uno el alma, para que, ya cultive el sentido común, ya la estupidez, lo haga con bondad, y le manda con su otro padre, o con su madre, o con los dos. Lo que hace cada uno después con ambas cosas es un misterio de los gordos. Más allá de la escuela y de la familia, tiene que haber algo que explique que la gente preste más atención a pulir su sentido común que su estupidez, o a la inversa, pero no acierto a saber qué es. Depurar la estupidez, hacerla más sólida y consistente, no siempre requiere ni esfuerzo ni interés. Yo mismo soy un ejemplo de ello. O las personas que en el supermercado al que van cada día y que conocen de memoria deambulan en busca de comida para gatos rica en omega tres. O

El club de los poetas muertos

Egunon, Mikel: no consigo entender por qué a la gente de tu edad le gusta tanto "El club de los poetas muertos". A mi me parece una película lenta, en la que todo pasa en escenarios oscuros, que pertenece a una época en la que ninguno habéis vivido y que representa a alumnos con uniforme victoriano y a profesores con corbata, tan lejos de la pinta de vuestros institutos multicolor. A lo mejor os gusta porque habla de chavales enfrentados a sus padres, que les dan la educación pero les niegan los sueños, a ver cómo se come eso. A lo mejor es porque habla de profes diferentes, que hacen cosas que nadie espera, como pedirte que arranques las páginas correspondientes a la introducción , con lo que cuestan los libros de texto. En lo que a mí respecta, sólo por regalarme esa interpretación, sólo por inspirarme la idea de que los profesores podemos cambiar el mundo, empezando por cambiar lo que hacemos, Robin Williams merece el Óscar que Dios le estará entregando en estos mo