Egunon, Mikel: en Gaza, anteayer, palestinos e israelíes firmaron una tregua indefinida. En contra de lo que parece, indefinida no significa para siempre, sino hasta que dure, ya se aplique a las treguas o a los contratos. Los ángeles de la guarda de los niños gazatíes no han sido capaces de cumplir la misión que les fue encomendada. Como tantas otras veces en la historia de esto que mal llamamos humanidad, querubes desesperados terminaron girando visita al Altísimo para explicarle que vieron que la mala sangre de muchos hombres es más grande que el corazón de muchos más, y que en eso ha quedado la Creación. ¿O no existen los ángeles de la guarda? ¿O los privatizaron los ricos?
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.