Egunon Mikel: el otro día, en el Lidl, al verme coger el Listerine, me dijo un señor: - Uy, yo eso ya no compro, que me hace un daño terrible en el estómago. - Ya, pero es que no hay que tragar, contesté. - Ah, dijo. Y se fue.
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.