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Mostrando entradas de julio, 2016

aitite, año 7 del agur

Egunon Mikel: hace siete años que murió el aitite, mi padre. Hoy no reconocería su Bilbao, como has cambiao. Alucinaría, viendo por la calle a chavales con sus smartphones cazando bichos; y leyendo en El Correo cada mañana la deriva de este mundo de locos y de este país sin gobierno. El paso del tiempo es caprichoso, y los últimos días me han traído un recuerdo del aitite que quiero compartir contigo. Había un tocadiscos precioso en la casa de la calle Ledesma. Un artilugio que podía convertirse en maleta y transportarse, pero que nunca se movió de la mesa en la que estaba. Debajo de ella había algunos discos, pocos. Uno de ellos se lo veía poner y se lo escuchaba cantar, y emocionarse. Es el coro de los esclavos de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi. En ese momento de la obra, que cuenta parte de la historia del pueblo judío, los esclavos hebreos cantan a la tierra y a la libertad perdidas. Rebuscando, he encontrado esta grabación de la que me hablaron. Comienza con Ricardo M

estar donde hay que estar

Egunon Mikel: hoy te voy a hablar de lo importante que es estar donde hay que estar. Donde hay que estar suele ser el lugar en el que alguien te espera. Si eres profe, tus alumnos, en clase, sentados encima de la mesas y jugando a los pokemons; y si eres médico, tus pacientes, en la sala de espera del ambulatorio, formalitos y hablando del tiempo. En realidad, el mundo funciona porque la gente suele estar donde tiene que estar. Fíjate si el tema es importante. A veces no te apetece estar donde hay que estar. Esto pasa mucho si eres bombero, o forense. O Ministra, que tienes que encontrarte con personas descontentas, o furiosas, por las más variadas razones. Pues te aguantas y vas. Va con el sueldazo de Ministra. Porque las Ministras, también ellas, tienen que estar donde hay que estar. A no ser que tengas que estar en otro lado. Un día, la ministra Ana Pastor miró la agenda y aparecieron dos citas a la misma hora, una en Santiago de Compostela y otra en Madrid (eso pasa porqu