Ir al contenido principal

estar donde hay que estar

Egunon Mikel:

hoy te voy a hablar de lo importante que es estar donde hay que estar.

Donde hay que estar suele ser el lugar en el que alguien te espera. Si eres profe, tus alumnos, en clase, sentados encima de la mesas y jugando a los pokemons; y si eres médico, tus pacientes, en la sala de espera del ambulatorio, formalitos y hablando del tiempo.

En realidad, el mundo funciona porque la gente suele estar donde tiene que estar. Fíjate si el tema es importante.

A veces no te apetece estar donde hay que estar. Esto pasa mucho si eres bombero, o forense. O Ministra, que tienes que encontrarte con personas descontentas, o furiosas, por las más variadas razones. Pues te aguantas y vas. Va con el sueldazo de Ministra. Porque las Ministras, también ellas, tienen que estar donde hay que estar.

A no ser que tengas que estar en otro lado. Un día, la ministra Ana Pastor miró la agenda y aparecieron dos citas a la misma hora, una en Santiago de Compostela y otra en Madrid (eso pasa porque alguien no le dijo al segundo: lo siento, la ministra no puede, ese día está en Santiago). Y tuvo que elegir. Entre la plataforma de afectados por el Alvia y la sesión del Congreso de los Diputados en la que iba a ser nombrada Presidenta, eligió la segunda, enviando a otros en su nombre y con sus disculpas a la cita de Galicia.

¿Resultado? Quedó mal, perdió credibilidad y faltó al respeto a la gente con la que había quedado, que, además, tuvo que ver por televisión lo contenta que estaba la ex ministra presidenta.

(No hay evidencias de que ningún diputado de su partido le dijera "¿pero tu no tenías que estar en Santiago?")


Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.