Egunon Mikel: estos pensamientos me han quedado un poco largos, pero debo trasladártelos para que no pienses que Cañete es tan malo como dicen. Qué va, si te has hecho esa imagen, culpa de los otros. Yo ahora mismo me lo imagino sin caber en sí, a ver si llega el sábado de una vez, para cagarse a gusto en la madre que parió a su jefe de campaña, y a la cúpula entera del PP, porque lo han vuelto loco desde hace quince días, o más. Primero fue Rajoy, que estaba tan a su discurso de la recuperación de la economía, que hasta que la campaña no estaba encima no le dijo que iba a ser el candidato. Y luego fueron el jefe de campaña, o como se llame, y la caterva de asesores, consejeros, recortaperiódicos, sugierechistes e inventaocurrencias que lo han rodeado. Se cagará en la madre del que le dijo, antes del debate con Valenciano, que se contuviera un poco, que ya nos conocemos cuando te alteras, Miguel, que te vuelves tú mismo. Se cagará en la madre del que le dijo que leyera papeles,
Mikel somos todos los que hemos perdido algo antes de tiempo. El padre, las ganas, el anillo de boda... Mikel somos todos los que hemos enfermado mal y pronto. Mikel somos los que, pese a lo uno o a lo otro, todavía conservamos el interés por levantarle la falda a la vida, a ver qué lleva debajo. Mikel es también el nombre de mi sobrino, al que a veces despierto con este guiño por las mañanas.