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Mostrando entradas de agosto, 2012

Comparto zapatos

Voy acumulando rarezas con el paso de los años. Dentro de diez no habrá quien me reconozca como un ser humano. Ahora compro los zapatos de 4 en 4. Un par del 42 y otro del 43. Si pueden ser iguales, bien. Si la diferencia es pequeña, también. En el zapato del pie izquierdo meto la plantilla de espuma del decathlon. Es una plantilla con memoria, listísima, que recuerda los pliegues de mi pie aunque la cambie de zapato. Y en el zapato del pie derecho no hago nada, y así mi dedo gordo, el que lleva año y medio dormido, viaja tranquilo sin que nadie lo despierte. Izquierdo 43 y derecho 42. Talla europea. Si viajo a Brasil tengo que usar otros números, pero solo he ido a Brasil una vez, en 1999, así que no creo que se plantee este problema. Si conocéis a alguien que le pase lo mismo que a mí, pero al revés (ciática izquierda y pierna derecha más corta), y que calce la 42, haced el favor de ponernos en contacto, para compartir zapatos. Gracias.

Artistas incomprendidos

Resulta que una anciana de Borja, 81 años ella, viendo lo mustio y apagado que estaba el cuadro de un Ecce Homo (el "ceomo" lo llamaba un amigo mío) en su parroquia, y aprovechando que tenía conocimientos, porque se había comprado la enciclopedia del Arte en veinte tomos, se ofreció al cura para restaurarlo. Y al cura le pareció muy bien, porque así la señora estaba entretenida y el cuadro ganaba un poco de color. Unos meses estuvo la señora en su faena, cantando coplas y avemarías de Gounoud con acento maño mientras le daba a los pinceles a la vista de todo pichichi,  hasta que algún turista chivato, y perdido, porque a Borja no va nadie a nada, llamó al Ministerio de Cultura, y enviaron a un inspector aburrido que nada más ver la obra se empezó a tirar de los pelos: que si qué herejía es ésta, que si el cuadro era un ejemplar único de la pintura del medievo del Reino de Aragón, que si quien le ha puesto bigote al Cristo, que si el responsable pagará por esto... Y todo por

Banqueros

Un banquero al que todavía no se le ha caido la cara de vergüenza dijo un día que la culpa de lo que está ocurriendo la tienen los políticos, por no haber sabido gestionar. Dijo también que, pese a todo, las medidas que están tomando en este momento son del todo pertinentes, si bien provocarán un cierto sufrimiento, a otros, a él no, que pasará pronto. Al fín y al cabo, ¿qué son tres años de paro y sin ingresos en comparación con la inmensidad del oceano y con lo larga que es la vida humana ahora que con la seguridad social puedes llegar a los cien años hecho un sol? Sorprendentemente, nadie entre el público se levantó para preguntarle por su sueldo y por su futuro, imagino que porque sabrían que tenía preparada una respuesta desabrida.

Las lágrimas de San Lorenzo

Tengo tanta prisa que nunca me detengo a hacer cosas inútiles, de las que verdaderamente merecen la pena. Y así me va. Anoche, cuando me enteré de que Mikel iba a estrenar sus gafas viendo las lágrimas de San Lorenzo, yo también me tumbé boca arriba con mis gafas a mirar el cielo, y me dí cuenta de que eso tan poético de contemplar las estrellas y sentirse pequeñito ante tanta inmensidad no lo había hecho nunca. Mis sensaciones fueron por el lado inverso al que cabía esperar, como ocurre casi siempre. Primero sentí frío en los pies, que llevaba al aire. Luego me detuve a contemplar que los aviones pasaban con una cadencia de dos minutos. Luego sentí humedad en la espalda y acabé agobiado de espantar una mosca que había confundido mi cabeza con un aeródromo de moscas. De estrellas no miré muchas, porque no sé abstraerme del mundo que me rodea.

Zorionak, Maider

Decíamos ayer que en lugar de dedicar tanto tiempo a estudiar lo listos que pueden llegar a ser los monos, podríamos dedicar algún ratito a explorar los límites de la estulticia humana, si es que existen. Un refugio de la estupidez es el tópico, que es un juicio no contrastado sobre cualquier cosa. Ayer, Maider Unda, que es una deportista de Aramaio, consiguió una medalla de bronce en las Olimpiadas de Londres, y como la medalla era en lucha libre, que es un deporte que nadie sigue nunca, los periodistas se aprestaron a dar algún detalle sobre la personalidad de la atleta, para que la gente supiera quien es Maider Unda: ¿sabéis cuál destacaron todos? Que tiene un rebaño de 300 ovejas que ella ordeña personalmente para hacer quesos en su caserío. Así se alimentan los comentarios absurdos de luego: vasca, bruta, y más de pueblo que las vacas. ¿A que nadie dice a qué se dedican Iker Muniain o Fernando Llorente? Porque son profesionales, que dedican al fútbol la mitad de las horas que

Hipermetropía

Bueno, Mikel, al final te van a poner gafas porque tienes hipermétrope y astigmático, o como se diga. Lo que quiere decir que eres un Mendigutxia de los auténticos, con sus defectos visuales y sus correctores antipárricos. Es muy chulo llevar gafas. Si te dan un balonazo eres el primero del que se preocupan, si se rompen, Alain Afflelou te las cambia por unas nuevas, si se te ensucian, las puedes limpiar con unos esprais que, cuando se te acaban, rellenas el botecito con agua y limpian igual, en los aviones embarcas primero - mujeres embarazadas y niños con gafas, dicen - y muchas más ventajas que ahora no puedo recordar. Andan Andoni y Xavi pensando en hacer un equipo de primos con hipermetropía para jugar a algo, pero no encuentran ningún deporte olímpico en el que se compita de tres en tres, y se pasan de la mañana a la noche pegados a la tele buscando. A ver si se te ocurre algo.