Bueno, Mikel, ya estás en Xilxes, donde para asar una chuleta no hace falta barbacoa, que la sujetas así con los dedos en dirección al sol y en dos minutos está lista. Ponte crema en todos los lados y no te olvides de denunciar ante los municipales a todos los hombres que veas con chancletas, pantalones pirata, camiseta y bolso, por atentado contra el equilibrio estético del planeta. La humanidad entera te agradecerá el detalle. Aliméntate a base de horchatas y helados al microondas, y deja la comida mediterránea para cuando vuelvas al cantábrico. Sal con tapones para los oídos a la calle, que estos valencianos, de fiestas, no hacen más que ruido. Y susto. Y no dudes en utilizar los alicates para separar a Ane de la pierna de tu madre, que con el calor podrían acabar fusionadas, pierna y niña.
Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Comentarios
Publicar un comentario