Egun on, Mikel. Aquel día de finales de junio amaneció con el cielo limpio y el suelo seco. Desde el balcón oía a algunos, de esos que hacen comentarios en voz alta mientras sus perros se alivian, suspirar y decir que ya era hora, porque la semana anterior estuvo pasada por agua y las temperaturas bajaron hasta los quince grados, y ambas cosas, entrado el verano, desasosiegan a los humanos más vulnerables. A otros les da igual. Particularmente, a muchos varones de más de 50 años y algo desinhibidos que, en cuanto el termómetro pasa de los 25 grados dos días seguidos, y ven en el calendario que están en junio, sacan de la parte de arriba del armario la caja donde guardan su media docena de pantalones cortos vaqueros con dobladillo por encima de la rodilla, y sus camisas de cuadros de manga corta, planchan las prendas, o se las hacen planchar, se las ponen, y ya no se las quitan hasta después del veranillo de San Martín, en noviembre. Vestidos de esa guisa, y debajo del paraguas, porque
Por otro lado, me encantan esas personas que tienen soluciones para todo: ceregumil, y "pa lante!"
ResponderEliminarTotal, si le aplicas la otar solucion..., te va a doler a mano. Y figúrate la niña, cada mañana del largo verano con su ceregumil al lado del bol de kellogss. No hay color.
Aúpa Mikel!; y olvídate del ceregumil; sin empolle, no hace nada