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Fútbol, política y economía.

Raymond Domenech, el ex-seleccionador de fútbol de Francia, tuvo que prestar declaración ante la Comisión de Cultura de la Asamblea Nacional por la vergonzosa imagen del equipo en el pasado Mundial.

El presidente de Nigeria disolvió la selección de fútbol por dos años debido a sus malos resultados en Sudáfrica. "Para que reflexionen", dijo.

A su llegada a Corea del Norte, tanto los jugadores como el entrenador, Kim Jong-Hun, fueron obligados a situarse en un pedestal en el Palacio de la Cultura Popular, y permanecer de pie durante seis horas mientras más de 400 personas se burlaban de ellos

Para que luego ELA diga que los políticos tienen que saber más de economía que de fútbol.

Hombreee.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.