Egunon Mikel:
héroes hay bastantes, pero como estamos acostumbrados a verlos con capa, o vestidos de manera estrafalaria, no reparamos en ellos cuando pasan a nuestro lado oliendo a diesel - fuel for life - eau de toilette, o con el morro sucio de los macarrones que se acaban de meter entre pecho y espalda. Y sin capa, encima.
Siempre hay trabajo para los héroes. A veces es un trabajo normal, como aprobar primero de la eso o como ganar el Campeonato del Mundo de trial. Y a veces es un trabajo difícil, como cuando les toca rescatar a un ángel. Ya sabes que los ángeles, de volar, muy bien, pero en lo de nadar no se arreglan. Los ángeles hacen que la vida sea maravillosa, y por eso los héroes, y todos los demás, los eligen para pasear, porque se ríen a todas horas, con una risa contagiosa y desmelenada, pero a veces tropiezan con su propia risa, y caen, y si el mar está revuelto, la cosa se complica.
Complicado o no, los héroes se aplican a su trabajo. Trepan, nadan, rompen, gritan. No siempre consiguen su objetivo. Lo sé por Supermán, que pasaba más tiempo agobiado en un laberinto de criptonita que bajando gatos de los árboles. Pero siempre, logren o no aquello por lo que pelean, los héroes salvan a la humanidad. Para eso están.
Salvan a la humanidad del pasotismo. Y del miedo, también. Del a mi no me mires y del yo no estoy para eso. Del yo no sé y del no me atrevo.
De tanto estar con ángeles, igual.
héroes hay bastantes, pero como estamos acostumbrados a verlos con capa, o vestidos de manera estrafalaria, no reparamos en ellos cuando pasan a nuestro lado oliendo a diesel - fuel for life - eau de toilette, o con el morro sucio de los macarrones que se acaban de meter entre pecho y espalda. Y sin capa, encima.
Siempre hay trabajo para los héroes. A veces es un trabajo normal, como aprobar primero de la eso o como ganar el Campeonato del Mundo de trial. Y a veces es un trabajo difícil, como cuando les toca rescatar a un ángel. Ya sabes que los ángeles, de volar, muy bien, pero en lo de nadar no se arreglan. Los ángeles hacen que la vida sea maravillosa, y por eso los héroes, y todos los demás, los eligen para pasear, porque se ríen a todas horas, con una risa contagiosa y desmelenada, pero a veces tropiezan con su propia risa, y caen, y si el mar está revuelto, la cosa se complica.
Complicado o no, los héroes se aplican a su trabajo. Trepan, nadan, rompen, gritan. No siempre consiguen su objetivo. Lo sé por Supermán, que pasaba más tiempo agobiado en un laberinto de criptonita que bajando gatos de los árboles. Pero siempre, logren o no aquello por lo que pelean, los héroes salvan a la humanidad. Para eso están.
Salvan a la humanidad del pasotismo. Y del miedo, también. Del a mi no me mires y del yo no estoy para eso. Del yo no sé y del no me atrevo.
De tanto estar con ángeles, igual.
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