Egunon Mikel:
el partido se había puesto para machotes. Perdiendo 3-0 al descanso. Lloviendo. Con unos charcos que parecían el océano Pacífico.Con un árbitro que se había olvidado las lentillas en casa y con un equipo contrario que les había comido la moral
Desde el minuto 1 de la segunda parte se vió que iba a pasar algo grande. Xavi y Egoitz, los capitanes, dijeron que se había acabado el baile y pusieron cerco a la portería rival, verticales y profundos. Su portero salvó tres goles cantados hasta que Xavi abrió la lata. Fue a pase de su primo Oto, desde el cielo. Xavi se lo agradeció, y siguió el acoso. Jagoba hizo el tres - dos al minuto siguiente, y ya se sentían invencibles.
Pero perdieron, 4 - 2. Un partido memorable. Luego me dí cuenta de que Xavi había jugado con las botas que usaba su primo Toni, y entonces lo entendí todo: con botas de superhéroe se llega a balones imposibles, se dan pases de centrocampista alemán y se marcan goles a porteros imbatibles.
Gracias, Oto, por ayudar desde el cielo. Gracias, Toni, por las botas.
el partido se había puesto para machotes. Perdiendo 3-0 al descanso. Lloviendo. Con unos charcos que parecían el océano Pacífico.Con un árbitro que se había olvidado las lentillas en casa y con un equipo contrario que les había comido la moral
Desde el minuto 1 de la segunda parte se vió que iba a pasar algo grande. Xavi y Egoitz, los capitanes, dijeron que se había acabado el baile y pusieron cerco a la portería rival, verticales y profundos. Su portero salvó tres goles cantados hasta que Xavi abrió la lata. Fue a pase de su primo Oto, desde el cielo. Xavi se lo agradeció, y siguió el acoso. Jagoba hizo el tres - dos al minuto siguiente, y ya se sentían invencibles.
Pero perdieron, 4 - 2. Un partido memorable. Luego me dí cuenta de que Xavi había jugado con las botas que usaba su primo Toni, y entonces lo entendí todo: con botas de superhéroe se llega a balones imposibles, se dan pases de centrocampista alemán y se marcan goles a porteros imbatibles.
Gracias, Oto, por ayudar desde el cielo. Gracias, Toni, por las botas.
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