Egunon Mikel
esta mañana, mientras desayunaba en un bar, he leído esta frase: "ya está bien de depender de la Iglesia para que los niños hagan la comunión". Quien la decía no era una idiota, sino una veterinaria que había apuntado a su hija a una comunión civil en su ayuntamiento y que ahora está esperando a ver si se apuntan más para que la ceremonia tenga lugar.
Me he puesto a inventar frases parecidas, a ver si me salía alguna igual de estúpida. He empezado por una muy vinculada al tema: "ya está bien de depender de la Iglesia para que haya catedrales" (esta no es muy buena para los de Bilbao, porque aquí tenemos una que no es de la Iglesia). Y he seguido inventando: "ya está bien de depender de los dentistas para que te pongan un empaste", "ya está bien de depender de los ingenieros para hacer un puente", "ya está bien de depender del árbitro para que haya partido", o del maestro, para que haya escuela, o del agua, para que haya mar, o río, o de la lluvia, para que haya paraguas, o al revés, o de las aceras, para que haya bordillos, o de los bolardos, para que se forren los carroceros reparando bajos de coches de vecinos de Barakaldo.
Como ves, he terminado en una vorágine enloquecida de idioteces. Y no sé lo que pensarás tú, pero yo creo que ninguna me ha salido tan redonda como a la veterinaria.
esta mañana, mientras desayunaba en un bar, he leído esta frase: "ya está bien de depender de la Iglesia para que los niños hagan la comunión". Quien la decía no era una idiota, sino una veterinaria que había apuntado a su hija a una comunión civil en su ayuntamiento y que ahora está esperando a ver si se apuntan más para que la ceremonia tenga lugar.
Me he puesto a inventar frases parecidas, a ver si me salía alguna igual de estúpida. He empezado por una muy vinculada al tema: "ya está bien de depender de la Iglesia para que haya catedrales" (esta no es muy buena para los de Bilbao, porque aquí tenemos una que no es de la Iglesia). Y he seguido inventando: "ya está bien de depender de los dentistas para que te pongan un empaste", "ya está bien de depender de los ingenieros para hacer un puente", "ya está bien de depender del árbitro para que haya partido", o del maestro, para que haya escuela, o del agua, para que haya mar, o río, o de la lluvia, para que haya paraguas, o al revés, o de las aceras, para que haya bordillos, o de los bolardos, para que se forren los carroceros reparando bajos de coches de vecinos de Barakaldo.
Como ves, he terminado en una vorágine enloquecida de idioteces. Y no sé lo que pensarás tú, pero yo creo que ninguna me ha salido tan redonda como a la veterinaria.
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