Egunon Mikel,
Una vez, hablando de la bondad de Dios, que para él era tan bueno como un padre, Jesús preguntó a la gente:
- a ver, ¿quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
- Ninguno, por Dios, qué cosas tienes, Jesús!! contestaba la multitud.
Pero siempre hay uno que no entiende nada. Jesús lo vio, y volvió a preguntar.
- Vale, vale, pero, a ver, ¿qué padre, si su hijo le pide un pescado, le da una serpiente?
- Hala!, pero cómo le vas dar a un hijo una serpiente, hombre!!, contestó uno en voz alta -, con lo que cuesta agarrarlas!
- Pues a mi abiertas y la plancha no me disgustan, dijo otro.
- Pero callaros ya, dijo una señora gorda, ¿no veis que es un ejemplo? Pescado, bueno, serpiente, asquerosa...
Pues aprovechando que vas a dedicar la Semana Santa a reflexionar sobre el contenido de estas y otras santas enseñanzas, yo te pregunto: ¿qué madre del siglo XXI, si su hijo le pide leche, le da leche de soja? ¿Una madre de la liga de la soja? ¿Una madre empeñada en llegar antes de las nueve de la noche a la quinta ración de verduras y frutas? ¿Una madre que lee revistas científicas en ingles? ¿Una madre naturista? ¿Una madre sin corazón? ¿Una madre sin paladar? ¿Una madre sin entrañas? ¿Una madre sin sentido común? ¿Una madre que hizo una mala digestión de aquel chocolate que nos daban en el Chakalak de General Concha o en la calle Petritxol? ¿Una madre vegana? ¿Una madre increyente o descreída?
Hay que leer más el Evangelio, y menos el Muy Interesante.
Una vez, hablando de la bondad de Dios, que para él era tan bueno como un padre, Jesús preguntó a la gente:
- a ver, ¿quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
- Ninguno, por Dios, qué cosas tienes, Jesús!! contestaba la multitud.
Pero siempre hay uno que no entiende nada. Jesús lo vio, y volvió a preguntar.
- Vale, vale, pero, a ver, ¿qué padre, si su hijo le pide un pescado, le da una serpiente?
- Hala!, pero cómo le vas dar a un hijo una serpiente, hombre!!, contestó uno en voz alta -, con lo que cuesta agarrarlas!
- Pues a mi abiertas y la plancha no me disgustan, dijo otro.
- Pero callaros ya, dijo una señora gorda, ¿no veis que es un ejemplo? Pescado, bueno, serpiente, asquerosa...
Pues aprovechando que vas a dedicar la Semana Santa a reflexionar sobre el contenido de estas y otras santas enseñanzas, yo te pregunto: ¿qué madre del siglo XXI, si su hijo le pide leche, le da leche de soja? ¿Una madre de la liga de la soja? ¿Una madre empeñada en llegar antes de las nueve de la noche a la quinta ración de verduras y frutas? ¿Una madre que lee revistas científicas en ingles? ¿Una madre naturista? ¿Una madre sin corazón? ¿Una madre sin paladar? ¿Una madre sin entrañas? ¿Una madre sin sentido común? ¿Una madre que hizo una mala digestión de aquel chocolate que nos daban en el Chakalak de General Concha o en la calle Petritxol? ¿Una madre vegana? ¿Una madre increyente o descreída?
Hay que leer más el Evangelio, y menos el Muy Interesante.
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