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Este es un país serio

Egunon, Mikel

Altos cargos del Ministerio del Interior, encargados de velar por la seguridad de las personas, han aparcado por un rato estas tareas y han decidido conceder la medalla de oro al mérito policial a la Virgen María.

Otras mujeres y hombres hechos y derechos, pertenecientes a la Asociación Europa Laica, personas ocupadas en tareas familiares y laborales, digo yo, que si ayudar al hijo con los deberes, que si hacer un informe para el jefe, que si la compra, que si el seguro del coche, han dejado de hacer alguna de estas cosas para dedicar tiempo, suyo y de sus abogados, y dinero, supongo que de los asociados, a formular un recurso contra aquella decisión del Ministerio y a presentarla ante la Audiencia Nacional.

Y los magistrados de la Audiencia (a estos no les quedaba otro remedio) han tenido que dejar por un tiempo los casos de terrorismo, corrupción y narcotráfico que les ocupaban para estudiar el recurso y decidir, tres contra dos, que sí, que la la decisión de dar una medalla a la Virgen María está bien tomada.

Entre los argumentos contrarios a la concesión de este distintivo podemos subrayar la imposibilidad de notificar el honor a la premiada. Los argumentos favorables te los ahorro porque aprecio tu tiempo y el mío.

A Munilla y a Cañizares los imagino tiuteando alegres esta victoria frente al laicismo rampante.

Dice el Evangelio que Jesús se escapó unos días de casa, y cuando lo encontraron, dio a sus padres unas explicaciones incomprensibles, propias de un adolescente. Ante ellas, María guardaba silencio y se quedaba pensando. Menudo hijo me está saliendo, diría, que es lo que todos los padres hemos pensado en algún momento. En silencio andará también ahora, pero pensando qué cuadrilla de desocupados hay en las instituciones de España.

O de idiotas, directamente.

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