Ni el Hospital Civil de Bilbao, que de Santo no tiene más que el nombre, se libra de los ataques del laicismo agresivo del que con tanto amor nos previene monseñor Martínez Camino. Ayer, Viernes Santo, nos dieron para comer unos garbanzos de vigilia, y hasta aquí perfecto, y... una ternera a la jardinera!!!, como si los guisantes pudieran transmutar la carne en pescado, la ternera en crustáceo o en estrella de mar. Los enfermos católicos pusieron una queja y la empresa concesionaria del servicio de restauración hubo de preparar unas croquetas de atún que, al no llegar a la hora, los enfermos se comieron untadas en el descafeinado de la merienda.
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
¿En que momento de la Historia se empezó a llamar paciente al enfermo? Si lo hubiera mirado en Internet lo sabría. No sé si me interesa realmente, lo veo bastante cínico. Si fueran más amables todos los que le rodean el enfermo necesitaría menos paciencia.
ResponderEliminarLa enfermedad es jorobada y a veces te tratan los que mejor nota media han sacado, sean médicos, enfermeras, auxiliares, conocidos...y no los que mejor saben hacerlo.
Es la vida, una vez más, tantas veces injusta.