Decía Francino esta mañana que aprovechando el viaje de vuelta de Lisboa, 4000 vizcaínos se habían plantado frente al Bernabéu en la Castellana armado cada uno con un destornillador. Y a ellos se han unido otros 85000 rojiblancos venidos de toda España para cambiarle a Florentino, una cada uno, todas las sillas del estadio. Y para hacerle de paso los baños y dejárselos tan bien que hasta de las oficinas de enfrente se vayan al campo a cagar. El presidente del Madrid, visto el ahorro, rectifica y deja jugar la final en su estadio, e invita a cada seguidor del Athletic a un bocata calamares. Si hechos son amores....
Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
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