Nunca Bilbao fue tan Bilbao, tan fanfarrona, dice Rodrigálvarez. Nunca no, pero si hacía demasiado. Los niños de Bizkaia merecían una noche así, y esta primavera del fútbol venida desde Rosario, en la Argentina. Ver en video dos mil veces seguidas al 28 en el 87 recortar en el área y asistir al grande para que la embocase. Escribir en el tuenti que yo estuve en San Mamés en la noche que mi padre se volvió loco, como el entrenador que tenemos. Y tener un viernes de banderas y de piras. Y soñar con la gabarra.
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
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