Ya expliqué que ir a misa con Xavi los domingos es algo cargado de
momentos de plenitud. Ayer, como celebrábamos la Navidad, los niños
hicieron un teatrillo con una figura del niño Jesús en el medio, al
parecer porque no había un bebé que aguante quieto una misa. Me preguntó
a ver por qué el niño Jesús tiene tanto pelo si es un bebé, y yo le
dije que era un problema de hormonas, que es el tema que estoy dando
ahora en Ciencias de 2º de la ESO. También le dije que las concepciones
virginales vienen cargadas de un montón de interrogantes que nunca han
sido investigados, porque no hay universidad americana que se preste a
eso, por muy prestigiosa que sea, porque ninguna quiere jugarse su
prestigio. Y asintió con la cabeza, porque no discute la autoridad con
la que hablo de estos temas. Ni de otros.
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.
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