Como no tengo nada que hacer en la vida y soy cliente de Movistar,
Euskaltel y Orange, que tiene cojones, llamé a una de ellas, a boleo,
porque tengo conflictos con todas. Pregunté a ver qué era eso de estar
pagando 46 euros al mes por el pincho de internet cuando por los mismos
cinco gigas los de Vodafone me cobraban 35. Después de pasar cincuenta y
dos minutos, nueve personas y otros nueve departamentos, una joven de
acento dominicano me dijo que en adelante me cobrarían sólo los 35 euros, aunque
los tres primeros meses, por mi cara bonita, el recibo sería solo de 17,
y cuando le dije que me parecía muy bien me dijo que me transfería con
el departamento correspondiente, en el cual me dijeron que para hacer
efectivo el cambio de tarifa me pasaban de inmediato con el departamento
correspondiente, en el cual me dijeron que ya se había hecho efectivo
el cambio de tarifa, del pincho de internet, que pasaba a ser, según lo acordado, de 19
euros mensuales durante los próximos 24 meses, por cinco gigas, que a ver si estaba de acuerdo, y dije que sí, aunque luego
pensé que si hubiera insistido un poco más, lo saco por la mitad.
Egun on, MIkel. Tienes razón en lo de las chanclas, y lo apunto para tratarlo en una próxima digresión, pero, hablando de ropa, yo creo que cada edad tiene su manera propia de vestir. Y que cualquier otra le es impropia. Lo digo sin rigideces y sin formalismos. La amplísima variedad que se ofrece en las tiendas ya da como para no tener que vestir con cincuenta como si se tuvieran veinte. Hay un momento de la vida en el cual determinadas partes del cuerpo deben permanecer ocultas a la vista de los demás. De esto no tengo ninguna duda. Por ejemplo, las piernas, en todo lo que ellas comprenden, desde el tobillo hasta la ingle. También la barriga, en un radio de un metro y medio desde el ombligo. O los brazos, desde la muñeca hasta el hombro. A partir de los cuarenta y pico eso ya no se enseña a nadie. Ni a uno mismo, si no es para lavar. La profusión capilar, cuando se da, convierte esas partes de algunos cuerpos en espectáculos especialmente repulsivos y deleznables. Así, y en mi o
Pues, sí creo que a las operadoras les coges de ronda en estos momentos de crisis, antes de Navidad y también según con quién hables.
ResponderEliminarEstán de oferta todas a la greña, a ver quién pierde menos clientes y atrae a los de la competencia, un trajín de altas y bajas, de forma que las ofertas cambian de un día para otro y con tanta publicidad no saben si te ofertan los de ellas o lo de la contraria que acaban de recibirla en el móvil personal.
Ayer estuve un buen rato viendo la televisión, para acercarme, siempre desde lejos a lo que ve la media del estado español. Y los anuncios de colonias y operadoras se quitaban la palabra unos a otros. Me resulta muy difícil compaginar qué colonia comprarme con aprovechar la última oferta de tarifa plana. No veo como conectar la sensualidad y los vestidos y zapatos de tacón de aguja de los perfumes que debes llevar, para asistir a la reuniones verbeneras de portal o de barrio en las que elegir por asamblea qué operadora te conviene más. Claro, que si luego coincide que ves ese anuncio en el que no compran un coche porque es demasiado barato, aunque daba unas prestaciones de "la de dios", se te funden las neuronas.
Vamos que me quedo con uno que decía que debíamos desaprender lo aprendido y empezar de nuevo, que la verdad no sé qué anunciaba, pero que me pareció el mejor consejo para la vida que llevamos. Me quedé con esa idea y apagué la tele.