Ir al contenido principal

Indiferentista


En lo referente a la medicina, soy algo más que escéptico, o algo menos: soy indiferentista. Es decir, me da igual la medicina tradicional, que la oriental, que la natural, que la aromaterapia, que la hipnosis, que la magnetoterapia, que el biofeeback, que la homeopatía, que la musicoterapia, que la ozonoterapia, que la acupuntura, que la auriculoterapia, que la osteopatía o que una mezcla de todas ellas, o de dos o de tres. Todos sus avances me parecen maravillosos pero me da igual quien gane a quien. Y me hacen gracia los apóstoles de cada una de ellas, defendiendolas frente a las demás como quien defiende un credo.

Yo solo quiero curarme. Y me vendo a quien me pague. Vamos, que pago a quien me cure.

Comentarios

  1. Siendo enfermo crónico, resabiado de probar como las vaquillas veteranas de las fiestas populares, sólo se quiere que te arreglen, porque ni siquiera tengo claro lo de que te curen y para ello sólo conviene pedir eficacia o eficiencia, que nunca tengo claro cual es cual, aunque conozco sus dos significados.. así que tampoco me importaría ponerme en manos de un hechicero eficaz o eficiente, lo que sea, pero que lo sea.
    Iría a Zambia a que me mordiesen 100 hormigas gigantes megarrabiosas, aunque acojonen, si sirviera.
    Claro que no es tan sencillo como eso.
    Toca ajo y agua y además, pagando.
    Y no digo más palabrotas por respeto al titular del blog y sus lectores, pero serían más representativas de lo que quiero transmitir.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.