No sé cómo convencer a mi hija de que los ángeles existen. Le contaba hace un rato que ayer estuve con uno en el quirófano aquel. Parecía un ser humano, porque tenía manos, y cara y ojos y voz y sonrisa, pero era un ángel. Las personas no son así. Sus manos eran suaves y calientes, como las de las personas, y mantuvo su cara en todo momento cerca de la mía. Me susurró al oído cada paso, ahora un pinchazo, ahora frío, ahora te va a escocer un poco, ya esta... Me llamaba por mi nombre de pila, por el que solo me llamaban mis padres, cómo lo supo no sé, y me lo dijo en el mismo tono y el mismo volumen con el que mi madre me invitaba a la vida cada mañana mientras metía la estufa en el cuarto y sacaba de mi cama la bolsa, ya fría. Quise preguntarle por algo relacionado con la intervención, pero me dijo sonriendo que él solo era el celador.
Sé que es difícil de ver, pero no sé qué más pruebas quiere.
Sé que es difícil de ver, pero no sé qué más pruebas quiere.
Será que para ver un ángel hay que tener una intervención, de algún tipo en especial, como la que tuviste tú. Que yo recuerde he tenido tres, con anestesia general y no tuve la suerte de ver un ángel. Me habría gustado.
ResponderEliminarResulta más fácil ver demonios y no hace falta anestesia ni nada. Yo llevo unos meses peleando con uno y hasta hace unos días no he conseguido quitármelo de encima. Bueno, deshacerme del todo no ha podido ser. Tengo clarísimo qué quiero que pase para poder hacerlo (al menos confío que así sea). Porque, al contrario que lo que cuentas tú con el ángel, la experiencia es aterradora.