Para sostener conversaciones superficiales de más de veinte minutos una persona necesita cumplir varias condiciones:
Primera, trabajar en horario de ocho a tres. Está uno más fresco y se ha sufrido menos rato los embates de esta no siempre bien agradecida vida. Además, saliendo a esa hora, uno puede ver en la televisión, mientras come, los programas en los que personas que no tienen nada que contar lo cuentan todo durante mucho rato dando lugar a largos debates con gente que aplaude.
Segunda, una concepción de la vida y de la realidad más bien liviana.
Tercera, manejar con soltura algunos lugares comunes, como aquel de yo de política no entiendo, pero...
Cuarta, haber acumulado cierta experiencia en casi todo, para poder contestar, diga lo que diga el otro, aquello de pues a mí me pasó lo mismo.
Y quinta, que los clientes, o los pacientes, o lo que sea, cambien cada poco tiempo, porque así puedes sacar el mismo tema una y otra vez sin sensación de repetirte.
Primera, trabajar en horario de ocho a tres. Está uno más fresco y se ha sufrido menos rato los embates de esta no siempre bien agradecida vida. Además, saliendo a esa hora, uno puede ver en la televisión, mientras come, los programas en los que personas que no tienen nada que contar lo cuentan todo durante mucho rato dando lugar a largos debates con gente que aplaude.
Segunda, una concepción de la vida y de la realidad más bien liviana.
Tercera, manejar con soltura algunos lugares comunes, como aquel de yo de política no entiendo, pero...
Cuarta, haber acumulado cierta experiencia en casi todo, para poder contestar, diga lo que diga el otro, aquello de pues a mí me pasó lo mismo.
Y quinta, que los clientes, o los pacientes, o lo que sea, cambien cada poco tiempo, porque así puedes sacar el mismo tema una y otra vez sin sensación de repetirte.
Comentarios
Publicar un comentario