Muy misterioso Carrefour-on-line:
ya veo que le importa una higa que en el último pedido hubiera dos fresas comibles de las veinticuatro que formaban el medio kilo que pedí. Y que hubiera seis naranjas llenas de moho en la malla de cuatro kilos. Porque a mi queja, bastante moderada para el cabreo que agarré, ha respondido usted con un ominoso silencio.
Usted también me importa un pimiento, así que doy por terminada esta breve relación comercial que hemos tenido.
Una pena, después de aquel formidable bacalao desalado que me mandó la primera vez, menudo pil - pil que preparé.
Que a lo mejor tampoco le importa nada todo esto que le digo, porque usted es una máquina de recoger pedidos, y no está capacitada para entender las frustraciones humanas, tan normales cuando se trata de lo de comer, entre otras cosas.
Pues nada, que se le rompa a usted el disco duro.
ya veo que le importa una higa que en el último pedido hubiera dos fresas comibles de las veinticuatro que formaban el medio kilo que pedí. Y que hubiera seis naranjas llenas de moho en la malla de cuatro kilos. Porque a mi queja, bastante moderada para el cabreo que agarré, ha respondido usted con un ominoso silencio.
Usted también me importa un pimiento, así que doy por terminada esta breve relación comercial que hemos tenido.
Una pena, después de aquel formidable bacalao desalado que me mandó la primera vez, menudo pil - pil que preparé.
Que a lo mejor tampoco le importa nada todo esto que le digo, porque usted es una máquina de recoger pedidos, y no está capacitada para entender las frustraciones humanas, tan normales cuando se trata de lo de comer, entre otras cosas.
Pues nada, que se le rompa a usted el disco duro.
Aunque la compra "on line" la suelo hacer en la competencia, también había observado algunas productos escogidos sin amor y decidí la última vez que me mandaran el pedido una vez seleccionado por mí.
ResponderEliminarPues siempre hay sorpresas porque no me mandaron ni los huevos ni los tomates, sólo que dentro de lo que cabe, bastante bien hecho puesto que tampoco los cobraron. Doy fe de que no quedaron en la cinta, puesto que estuve hasta el final para pagarlo. ¿A dónde fueron?. Porque vi como metían las cosas en bolsas y en cajas, delante de mis narices. Misterios de la compra por pedido.
Claro que no se me ocurrió protestar, porque si no tienes respuesta por kilos de producto podridos y pagados, como en tu caso; qué iba a pasar en el mío, que sólo los paseé por toda la tienda.
"¡Cómo está el servicio!" Ya lo decía "el señorito" (Mariano Ozores), por su asistenta "Gracita Morales" en aquella incombustible película en blanco y negro del siglo pasado.