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que se vayan a su casa

Una de las costumbres sociales más nefandas es la de visitar a familiares enfermos a los hospitales. No sé cómo no lo prohíben, siendo tan claramente atentatorio a los derechos humanos más intimos y personales, como tirarse pedos u oler a sobaquillo. Se somete además al enfermo a la obligación de recordar una y otra vez su dolencia, para explicarla ahora a una tía sorda, luego a una tía que no quiere oirte, sino que viene a hablar de cosas que no le interesan nada a nadie más que a ella, y luego una tía (todo suelen ser hermanas de padre o de madre) que no tiene nada mejor que hacer, lo que quiere decir que no sabe vivir, porque hay dos o tres cosas mejor que hacer un domingo por la tarde que visitar a un sobrino a un Hospital, como ir a ver Torrente 4 o seguir la jornada de fútbol en carrussel, o hacer madalenas. Tampoco entiendo que los Hospitales limiten a dos el número de personas que pueden estar por paciente en una habitación, cuando eso ya da la posibilidad de que hablen entre ellos, y si son sociables, que es lo peor que puede pasar, con los otros dos del enfermo de la otra cama. Cuatro personas sociables pueden elevar el nivel de decibelios en una habitación de un hospital hasta un limite insoportable, y luego te echas un eructo y les molesta, encima. Oyee, te dicen, que hay personas...

Comentarios

  1. Es que como está en las obras de misericordia:"Visitar y cuidar a los enfermos".

    Yo recuerdo con horror, recién operada de apendicitis con 14 años, la amiga de mi madre contando chistes para amenizar la visita y yo sintiendo que se me soltaban los puntos mientras lloraba de dolor y ella seguía y seguía pensando que era de risa.

    ¡Maldición!

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