Tengo una amiga moderna que está tratando de resocializarse, y lo primero que ha hecho es quitarse el piercing que llevaba en la boca, a medio camino de la barbilla. Suelo desayunar con ella los jueves, y ayer era el primer día en que convivía con el agujero, y no con el pendiente. Es una pena, porque el piercing era una mini cafetera oroley muy graciosa. El caso es que no se aclaraba, porque la mitad del café que tomaba le salía por el agujero así, en un chorrito. Al principio lo puso todo perdido, pero luego se me ocurrió que si poníamos una taza debajo del surtidor, no se desparramaría el café por toda la mesa, así que le pedimos al camarero una taza supletoria, que se llenó hasta la mitad cuando acabó de beberse el café. Y luego utilizamos la primera taza, digamos la taza principal, para recoger el excedente del café que tomaba de la taza supletoria. Y así hasta que terminó el café del desayuno.
Un trajín, y todo el bar mirando.
Un trajín, y todo el bar mirando.
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