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guarnición

Si en tres días que te explican lo mismo no lo entiendes es que eres tonto, así que ya sabía cómo funcionaba la lumbociática, y como el dolor me hacía ver doble, y la doctora ya era muy grande por por sí, le dije que se dejara de rodeos y que fuera directamente al menú:

- Muy bien, entonces, ¿corticoides o antiinflamatorios?

- No sé, ¿qué lleva cada uno?


- A ver, los corticoides van con cebollitas glaseadas y el voltarén lo ponemos con una guarnición de verduras a la brasa y ajos tiernos.


- Entonces los dos. ¿Van en distinto pinchazo?


- Las cebollitas sí.

- Pues esas me las pones en un túper y me las voy comiendo en la ambulancia.

Comentarios

  1. No sé qué te darían al final, pero tuvo qué ser efectivo y narcotizante, dado el resultado final. Cómo avanza Osakidetza.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.