- A ver, Juan María, que le vamos a dar el alta. ¿Está contento?
- Ni te lo imaginas, guapa.
- ¿Donde vive, Juan María?
- En la Residencia.
- ¿En qué residencia, Juan María?
- No tengo ni idea, en los papeles vendrá.
- Pues aquí no pone nada, voy a preguntar, mientras tanto vaya usted vistiéndose Juan María.
- Si es usted tan amable de acercarme la ropa, señorita.
- Uy Juan María, qué vago estamos esta mañana...
- Vaga estará su madre señorita, que a mi me falta una pierna y estoy sin muletas, y ya está bien de educación y buenos modales y a tomar por culo todo, que se me ha acabado la paciencia, que uno será un paquete, pero todavía tiene dignidad.
La auxiliar tenía tan poca vergüenza que ni por esas se le cayó la sonrisa al suelo.
- Ni te lo imaginas, guapa.
- ¿Donde vive, Juan María?
- En la Residencia.
- ¿En qué residencia, Juan María?
- No tengo ni idea, en los papeles vendrá.
- Pues aquí no pone nada, voy a preguntar, mientras tanto vaya usted vistiéndose Juan María.
- Si es usted tan amable de acercarme la ropa, señorita.
- Uy Juan María, qué vago estamos esta mañana...
- Vaga estará su madre señorita, que a mi me falta una pierna y estoy sin muletas, y ya está bien de educación y buenos modales y a tomar por culo todo, que se me ha acabado la paciencia, que uno será un paquete, pero todavía tiene dignidad.
La auxiliar tenía tan poca vergüenza que ni por esas se le cayó la sonrisa al suelo.
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