Ir al contenido principal

Nada

¿Qué significa el enfermo de ciática-número-12-de-hoy para la traumatóloga de Urgencias con la bata verde llena de manchurrones de yeso y los ojos inyectados en sangre que lo ve aparecer a las 11 de la noche con esa cara de culo sin afeitar?

Nada. No significa nada.

Por eso atiende el móvil dos veces en los cuatro minutos que le dedica, le llama Cástor cuando se llama Paco, y le dice que eso ya se lo ha explicado antes a los otros once.

Comentarios

  1. Esta es la prima del tío de la acera de ayer.

    Algo más refinada porque sabe poner yesos y en eso ayuda a la gente.

    De insensible piel de hipopótamo, como el primo, incapaz de aprender el nombre del paciente y de dejar la droga del móvil por unos minutos mientras atiende a los jorobados por la ciática, que de por sí ya es bastante jodido, como para tener que sufrir semejantes cuidadoras.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.