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procedimientos

Dice la ministra Chacón que quiere hacer un procedimiento para que no pase otra vez lo que pasó el 12 de octubre en el desfile del día de la Hispanidad, que un montón de maleducados silbaron al presidente del Gobierno, como si para ser presidente del Gobierno no hicieran falta unas espaldas de aquí a Pontevedra, por las que resbalan cual patinadoras rusas pitos y flautas, todos.

Y se fue con cinco del grupo parlamentario al Corte Inglés a comprar mordazas, cartulinas para poner en las esquinas carteles con el lema un poco de educación y el aleti campeón, ponpones para las cheerleaders, que si hay chicas bailando la gente insulta menos, y Sarah Palins para las Esperanza Aguirres. Y en el metro iban pensando en aprovechar el trabajo de la improvisada comisión para el procedimiento de sacar a los gamberros de los estadios, a las chonis de los botellones y a los cantamañanas de la oposición.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.