Ir al contenido principal

adivinanza

- ¿Que te pasa, guapa? Cuéntamelo a mí que yo te lo arreglo.

Tenéis tres oportunidades para averiguar quien hizo este pregunta a una niña que lloraba en la escuela:

a) su maestra
b) el bedel
c) Esperanza Aguirre el día de la inauguración del curso


NÓICULOS:

Por supuesto, la c)., por tres razones:

a) La frase "cuentamelo a mí, que yo te lo arreglo" hace muchos años que está destarrada del lenguaje de los padres y de las maestras y de los bedeles, incapaces todos de arreglar nada ante la complejidad del mundo infantil y juvenil.

b) la concentración de "(cuenta)me(lo)" "mi" y "yo" en una sola frase con ocho palabras: más del 35%.

c) es la frase de cabecera de Esperanza Aguirre cuando sale armada de su teléfono móvil por las calles de cualquier pueblo de la comunidad, dispuesta a resolver cualquier desaguisado que hayan montado la caterva de inútiles de los que cree estar rodeada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.