La de horas que pasé delante de la tele. Había sábados que empezábamos la sesión viendo juntos el Telediario mientras comíamos. Era antes de que existieran los pedagogos. Esos que lo critican porque favorece escenarios de incomunicación. Porras incomunicación. Hablar lo dejábamos para otros ratos, y estábamos siempre bien informados, y nadie podía decir es que yo no me entero.
Y luego seguíamos con Heidi, o Marco, Sesión de Tarde, Aplauso, Vacaciones en el Mar, el Telediario de la noche, Informe semanal y Sesión de noche. Y como yo el 80% de mi familia, todos con batín y zapatillas, alrededor de la Butaterm en pleno invierno. Diez horas de tele ininterrumpidas. Con catorce años. A lo mejor por eso soy como soy. De seta.
Y ahora, seré miserable, cuando veo a mis hijos delante del aparato más de hora y media, me llevan los demonios.
De entre las imagenes de la infancia ninguna guardo tan nítida en mi memoria como cuando en las películas de Tarzán los malos morían ahogados en arenas movedizas. Cada esfuerzo por salir les condenaba más. Qué miedo daba y qué mal hechas estaban esas escenas.
Y luego está David el Gnomo, que tanto me enseñó de la vida.
Y ahora va la DGT y lo emplea en una campaña de publicidad, cambiando su nombre por el de David el Bobo.
Me voy a poner una querella.
Que yo fuera un niño seta no lo justifica todo.
Ya está bien.
Y luego seguíamos con Heidi, o Marco, Sesión de Tarde, Aplauso, Vacaciones en el Mar, el Telediario de la noche, Informe semanal y Sesión de noche. Y como yo el 80% de mi familia, todos con batín y zapatillas, alrededor de la Butaterm en pleno invierno. Diez horas de tele ininterrumpidas. Con catorce años. A lo mejor por eso soy como soy. De seta.
Y ahora, seré miserable, cuando veo a mis hijos delante del aparato más de hora y media, me llevan los demonios.
De entre las imagenes de la infancia ninguna guardo tan nítida en mi memoria como cuando en las películas de Tarzán los malos morían ahogados en arenas movedizas. Cada esfuerzo por salir les condenaba más. Qué miedo daba y qué mal hechas estaban esas escenas.
Y luego está David el Gnomo, que tanto me enseñó de la vida.
Y ahora va la DGT y lo emplea en una campaña de publicidad, cambiando su nombre por el de David el Bobo.
Me voy a poner una querella.
Que yo fuera un niño seta no lo justifica todo.
Ya está bien.
¡Qué decirte, Pedro! Me siento muy identificada con lo que cuentas.
ResponderEliminarY qué hay de aquellas sesiones multitudinarias frente al televisor con Eurovisión??...Si mi padre me mandaba a bajar la basura o a comprarle tabaco (pedagógico por los cuatro costados), yo le mandaba a freir churros: cómo iba a perderm tamaño espectáculo:"Guayominí de´puan" / "unaitid kindom ten poins".
Me encantaban las sesiones de sábado a la tarde después de los dibujos. A ver qué toca esta semana:de piratas con Errol Flinn, de vaqueros o la de Tarzán con Jane, el rino/cocodrilo y el "angauaChita" de turno??? Un auténtico placer... Y la de la noche?? (A ver si cuela y no ven los rombos, coño).
Series como Pipi, Calimero, La Casa de la Prdera, Con ocho basta, Unglobo, 2 globos,... con Mª Luisa Seco (jajajja), vamos no sigo que me emociono...Barrio Sésamo con Supercoco o la Jaca Paca,el blandengue de Espinete,...
Y el día que se murió el Patxi, sin clase y van y nos ponen la carta de ajuste o el velatorio del Generalísimo en el Valle de los Caídos. Hay que joderse!!! En vez de celebrarlo con un programa del Aguilé o el Iñigo y las cucharitas del Uri Geller!!! U desperdicio, oiga...