Entre el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el de Bolivia, Evo Morales, me quedo con el segundo.
Porque Piñera dice hoy una cosa y mañana otra, según marquen las encuestas o el número de cámaras que haya.
Y a Morales, si le das una patada, te devuelve un rodillazo en tus partes aunque haya cámaras delante.
De cara, qué cojones.
Porque Piñera dice hoy una cosa y mañana otra, según marquen las encuestas o el número de cámaras que haya.
Y a Morales, si le das una patada, te devuelve un rodillazo en tus partes aunque haya cámaras delante.
De cara, qué cojones.
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