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cambio de gobierno

Aprovechando que Zapatero ha hecho una remodelación del Gobierno, y visto que la de Sanidad vale para Exteriores y el de Interior para Vicepresidente, he optado por remodelar también las funciones asignadas a mis hijos. A uno, que se ocupaba de sacar la basura, lo he pasado al departamento de relaciones exteriores con los vecinos, que tienen un niño pequeño muy llorón, ya que se le dan muy bien los peques. Al que hasta ahora era responsable de vaciar las papeleras de los cuartos lo he pasado al departamento de suministro de cubitos de hielo, que nunca hay cuando te quieres tomar un vermu on the rocks, y a la que gestionaba obras públicas, poniendo y quitando chinchetas y pegamento, la he nombrado portavoz, porque se le da bien hablar, y así me quito de contestar el teléfono, cosa que me resulta muy gravosa.

Andan estos días pasándose las carteras de unos a otros. En la mía he encontrado un paquete de gusanitos abierto, puaj, decía uno. Están muy contentos en sus nuevas tareas, diciendo que había que dar un impulso al proyecto familiar para llegar airosos a 2012.

Comentarios

  1. Cojonudo, se lo voy a enseñar a madre, haber si me asciende y me hace reina de la casa...
    Se me ocurren muchas reformas que cambiarían favorablemente los aires de casa!

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.