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brujas

El Senado rumano votaba una propuesta de Ley para regular la actividad de brujas y nigromantes, para que estos tuvieran que responder, como cualquier profesional, de sus trabajos, de manera que si te pronostican que te vas a casar con alguien muy famoso y luego resulta que no lo conoce ni dios, tengan que pagarte un tanto.

Pero el Senado votó que no, al parecer mediatizadas sus señorías por sibilinas amenazas emitidas por los profesionales del sector, a ver si el futuro te va a deparar lo que no quieres, o a ver si se van a juntar todas las enfermedades en tu familia, o todas las plagas de mosquito - tigre, o todos los programas de Belén Esteban en tu tele.

De manera que en Rumanía adivinos y echadores de cartas rumanos siguen campando por sus respetos y riéndose del personal.

No como aquí, que no creemos en esas tonterías.

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Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.