Oí que Sarah Palin dijo que Jan Brewer, la gobernadora de Arizona, tenía los cojones que no tiene Obama, al atreverse con el problema de la inmigración. Hablaba en inglés, pero dijo cojones asi, en castellano.
Es extraño.
Todo es extraño: una gobernadora transexual, el uso puntual del castellano para que la palabrota suene a palabrota de verdad, una ex - candidata a vicepresidenta de los Estados Unidos diciendo palabrotas en la tele, ...
Aunque ahora dice palabrotas todo el mundo.
Menos mi sobrino. El otro día me dio una lección. Se estaba peleando con mi hijo, y al pasar a la fase de las agresiones verbales le dijo.
- Tú eres un motivao.
- ¿Por qué le llamas motivao?, le pregunté.
- Para no llamarle gilipollas, contestó.
Inmediatamente puse un correo a la oficina de prensa de Sarah Palin para pedirles que sean un poco más creativos en las descalificaciones, como mi sobrino.
Yo tuve una compañera de trabajo -hace tiempo ya-, entrada en años, con un volumen considerable -siempre pensé que el 850 que manejaba lo tuvieron que construir con ella dentro-; que subía Sto Domingo haciéndonos rezar el rosario a todos los que ocupábamos el resto del habitáculo; y si alguien le adelantaba -cosa dificil de evitar, incluso para el Job de los conductores- entre "ave María" y "Gloria al Padre", sacaba la cabeza por la ventanilla para agredir vervalmente al contrario con un "¡Bobo!" que a mí me hacía taparme la cara con la carpeta por el tremendo bochorno que sentía.
ResponderEliminarTuvieron que pasar los años para que yo cayera en la cuenta de que un "¡Bobo!!", puede ser bastante más hiriente que todos lo "¡hijo puta!!", "¡Cabronazo!!" que ya, de puro acostumbrado que tenemos el oído, no hacen el más mínimo efecto.
Sí, me quedo con "motivao!", cuando menos, descoloca.