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los personajes del domingo: Felisa Wolfe - Simon

- Felisa, me parece que ha llegado el momento de sacar lo de los marcianos,

La llamada provenía de la Casa Blanca, abrumados como estaban por la cascada de revelaciones de Wikileaks. Y dicho y hecho: con cuatro días de anticipación y buenas dosis de misterio, la NASA anunció que iba a hacer público algún tipo de descubrimiento importante relacionado con alienígenas.

No adelantaron si los habían sido avistados con un telescopio o si estaban ya en la tierra, y habían sido vistos tomando apuntes en un mitin de Laporta, así que las especulaciones fueron creciendo, y competían por las primeras páginas con las noticias que hablan de lo discreto que es el cuerpo diplomático norteamericano.

Y luego nada. Un artículo de cuatro páginas en la revista Science solo decía que Felisa Wolfe - Simon y un grupo de colegas habían descubierto en una piedra que ellos decían que era un meteorito procedente de Marte, una bacteria que puede crecer utilizando arsénico en lugar de fósforo, cosa que a los de ciencias os parecerá muy interesante, pero que a los demás no nos parece tan relevante como saber qué bacteria explica los extraños procederes de Hugo Chávez o los extraños hablares de la Duquesa de Alba, y que no resuelve nuestras dudas acerca de si hay vida más allá de la muerte.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.