Estaba yo desayunando un bol de cereales integrales de esos amargos cuando leí que unos investigadores andaban revolviendo entre la mierda de los gorilas. Por supuesto, dada la importancia del tema, dejé a un lado el desayuno y seguí leyendo. La razón de tan curioso desempeño científico era el interés por conocer el origen de la malaria. Y efectivamente, allí estaba, entre las deyecciones animales, vivito y coleando el cabrón de bichito que después el mosquito llamado anopheles se encargó de trasladar de un gorila a una persona humana, imagino que pensando que era un gorila, porque si no, hay que concluir que el jodido anopheles tenía muy mala fe, o muy mala vista, o la persona mucho pelo.
De malaria mueren un millón de personas cada año, así que queda por ver en qué acaba todo esto, ahora que sabemos de donde viene.
Entretanto, se me ocurre que podemos contratar los servicios de un mosquito tigre de estos que pueblan mi entorno para que les pegue la varicela a los gorilas. O la estupidez.
Y así estamos en paz.
De malaria mueren un millón de personas cada año, así que queda por ver en qué acaba todo esto, ahora que sabemos de donde viene.
Entretanto, se me ocurre que podemos contratar los servicios de un mosquito tigre de estos que pueblan mi entorno para que les pegue la varicela a los gorilas. O la estupidez.
Y así estamos en paz.
La varicela, puede que sea viable; pero lo de la estupidez... Dudo que exista el mosquito capaz de transportarla.
ResponderEliminarA lo que Eistein decía, me remito.
Y sobre la malaria; ojalá le dediquemos una mínima fracción de tiempo del que se le dedicó al "fantasma" de la gripe A.