Si fuera verdad, como sueña Saramago en La Caverna, que dos debilidades suman una fortaleza, estoy en el camino de convertirme en una fuerza de la naturaleza.
Pero no es verdad, y bien lo sabe. Que una debilidad y otra suman dos debilidades, o más, es cosa demostrada. Al menos, desde que Aznar fue presidente del gobierno de España, cosa que sucedió, aunque ahora nos parezca imposible.
Así que como no puedo sumar mis debilidades, las separo, en el tiempo y en el espacio, para que nadie pueda observarlas juntas. Aunque no siempre lo consigo. Mejor, no lo consigo casi nunca. Anteayer se me quemó la comida y dejé la puerta de la calle abierta para que entraran los amigos de mis hijos a robarme la nocilla.
Y ayer me olvidé el móvil y la documentación, y me dí cuenta de ambas cosas en mitad del arcén de la autopista, a la altura de Elgoibar, cuando trataba de dar cuenta de una avería.
Todo de dos en dos.
O más.
Pero no es verdad, y bien lo sabe. Que una debilidad y otra suman dos debilidades, o más, es cosa demostrada. Al menos, desde que Aznar fue presidente del gobierno de España, cosa que sucedió, aunque ahora nos parezca imposible.
Así que como no puedo sumar mis debilidades, las separo, en el tiempo y en el espacio, para que nadie pueda observarlas juntas. Aunque no siempre lo consigo. Mejor, no lo consigo casi nunca. Anteayer se me quemó la comida y dejé la puerta de la calle abierta para que entraran los amigos de mis hijos a robarme la nocilla.
Y ayer me olvidé el móvil y la documentación, y me dí cuenta de ambas cosas en mitad del arcén de la autopista, a la altura de Elgoibar, cuando trataba de dar cuenta de una avería.
Todo de dos en dos.
O más.
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