A veces notas un picor persistente en el tórax, y cuando levantas la camisa para mirarte descubres un cuchillo clavado entre la cuarta y la quinta costilla. Es lo que le pasó a un muchacho colombiano hace unos días, que al darse la vuelta para decirle a uno a ver por qué me empujas este se cabreó y le clavó un cuchillo de catorce centímetros de hoja en el cráneo.
La noticia la podéis leer en este enlace. No tiene desperdicio. A mi me ha llamado la atención que, después de la agresión, y al ver que el otro seguía violento, se viera obligado el agredido a montar en motocicleta y huir del lugar por su propio pie, porque si iba a pie no sé para que quería la motocicleta, con lo incómodo que es empujarla con un cuchillo en la cabeza, a no ser que tuviera miedo de que se la robara el mismo bruto que lo agredió.
Entre los médicos y enfermeras del dispensario no había ningún especialista en cabezas, ni en cuchillos, ni en cuchillos clavados en el cráneo, y tuvieron que derivarle a un hospital, que estaba a diez horas de camino. Bueno, especialistas no eran pero algo sabían: que una persona aguanta un viaje de diez horas por esos caminos de Dios, entre cafetales, con un cuchillo en la cabeza, máxime si ha llegado al dispensario por su propio pie, y más si lo ha hecho empujando su moto.
"Soy joven y tengo futuro", se repetía a sí mismo el muchacho en la ambulacia. Por lo que he podido cronometrar, en diez horas esta frase puede repetirse 18000 veces, diciéndola tranquilo y sin recrearte. Y tuvo su efecto. Aunque al llegar no pudo más y perdió el conocimiento. O
sea, que tardó más de diez horas en perder el conocimiento. Y no era de Bilbao.
Le sacaron el cuchillo y lo operaron, para arreglar el roto. Dicen que le quedarán secuelas, como jaquecas, infecciones frecuentes y problemas vasculares, como infartos de miocardio y taquicardias. Pero que al menos ha salvado la vida, que no se queje. Qué bien, qué vida.
"La policía se afana en buscar al agresor", acaba diciendo el reportero. Pues estaría bueno. pero a lo mejor tienen que poner más afán que los del dispensario.
La noticia la podéis leer en este enlace. No tiene desperdicio. A mi me ha llamado la atención que, después de la agresión, y al ver que el otro seguía violento, se viera obligado el agredido a montar en motocicleta y huir del lugar por su propio pie, porque si iba a pie no sé para que quería la motocicleta, con lo incómodo que es empujarla con un cuchillo en la cabeza, a no ser que tuviera miedo de que se la robara el mismo bruto que lo agredió.
Entre los médicos y enfermeras del dispensario no había ningún especialista en cabezas, ni en cuchillos, ni en cuchillos clavados en el cráneo, y tuvieron que derivarle a un hospital, que estaba a diez horas de camino. Bueno, especialistas no eran pero algo sabían: que una persona aguanta un viaje de diez horas por esos caminos de Dios, entre cafetales, con un cuchillo en la cabeza, máxime si ha llegado al dispensario por su propio pie, y más si lo ha hecho empujando su moto.
"Soy joven y tengo futuro", se repetía a sí mismo el muchacho en la ambulacia. Por lo que he podido cronometrar, en diez horas esta frase puede repetirse 18000 veces, diciéndola tranquilo y sin recrearte. Y tuvo su efecto. Aunque al llegar no pudo más y perdió el conocimiento. O
sea, que tardó más de diez horas en perder el conocimiento. Y no era de Bilbao.
Le sacaron el cuchillo y lo operaron, para arreglar el roto. Dicen que le quedarán secuelas, como jaquecas, infecciones frecuentes y problemas vasculares, como infartos de miocardio y taquicardias. Pero que al menos ha salvado la vida, que no se queje. Qué bien, qué vida.
"La policía se afana en buscar al agresor", acaba diciendo el reportero. Pues estaría bueno. pero a lo mejor tienen que poner más afán que los del dispensario.
Qué brbaridad!!!
ResponderEliminarSi no fuera porque el tema es trágico, y porque las tostadas y el café que me acabo de tomar andan pa´ arriba y pa´abajo -ha sido un pelín excesivamente gráfic tu texto; y no contenta he rebañado, además, la noticia al pinchar en el enlace-la cosa sería de chiste.
No quiero ni imaginar, la respuesta del centro hospitalario si llegas a él con un simple uñero! Lo mismo te envían "a Venus en un barco", como cantaba Mecano. Que por otro lado, no habría estadao nada de más, que le hubieran dado al chaval algo para fumar -o lo que fuera- durante el trayecto y así se le hiciera más corto.
También es verdad, que diez horas dan para llegar "enganchado" y... ¡a saber dónde tiene el centro de desintoxicación!