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Los personajes del domingo: Valentín Mejillones

Valentín Mejillones Aracapi. Vaya nombre bonito, pensé. Considerado un sabio y guía espiritual por muchos aimaras, fue el encargado de entregar el bastón de mando a Evo Morales en el comienzo de sus dos mandatos, en 2006 y en 2010. Al hacerlo, bendecía al presidente y pedía a la Pachamama y a los achachilas, que son las divinidades de allá, por el bienestar del gobierno.

Él se procuraba el sustento de una manera menos divina, o igual. La policía se incautó de 350 kilos de cocaína y otras porquerías que guardaba el chamán en su casa. Éste personaje dijo que eran de unos amigos que le dijeron que las iban a usar para hacer pastillas de hierba y pomadas.

Ya.

Es de esperar que no pase ahora como con otros amigos de Evo, a los que igual que encarcelaron por andar con estos asuntos, los soltaron al cabo de unos días sin mediar explicación.

Comentarios

  1. Ya me pueden perdonar, pero ni Evo es nombre serio, ni lo es el apellido Mejillones.
    No ayudan a tener fuste.

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Declaración de intenciones

Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz o en el infierno. Donde sea, donde se pueda El asedio, de Arturo Pérez Reverte Esta es la sabiduría de Felipe Mojarra, salinero, de la Isla, de barro hasta las rodillas y que pelea contra el francés, en el año de 1811, en la Bahía de Cádiz, sin saber por qué. Y esa es la que buscaré compartir con vosotros cada mañana desde este rinconcito de la red. ¡Qué gusto volver a escribir!
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.