Ir al contenido principal

ahora ando a vueltas con la lechuga

El aluvión de consejos recibidos para acertar con la boca del bote de cereales me ha permitido mejorar mi técnica. Se me siguen cayendo, pero mucho menos que antes. Muchas gracias a todos.

Ahora me pasa que cuando cojo la lechuga cortada, de esas de bolsa, entre los dedos, para ponerme un sandwich, después de dejarla caer sobre el pan, se desparrama por fuera.

He probado a fijarla previamente con mayonesa, pero entonces me pringo más los dedos, y dejo restos de mayonesa dentro de la bolsa. Fijarla después de colocarla sobre el pan no sirve de nada, porque el desparrame ya está hecho.

Hacerlo más lento o más rápido no es la solución, que ya lo he intentado, a ver si era un problema de velocidad.

Tampoco es una cuestión de abrir más o menos la bolsa, porque está abierta del todo, para poder meter la mano. Ni del hecho de hacer la maniobra con las manos. He probado a tirar la lechuga directamente de la bolsa y se desaparrama igual. O más. Ni de cagarme en la madre que la parió. Eso tampoco arregla nada.

Lo que sí he comprobado es que cuanto más grande es la rebanada, menos lechuga se cae a la encimera, fíjate qué curioso. Pero no encuentro una rebanada del tamaño de la encimera, que luego se pueda enrollar, como hacen los suecos.

Pero yo lo voy a seguir intentando. Mañana voy a tratar de poner la lechuga dejándola caer desde menos de un metro de altura, a ver si era eso.

Comentarios

  1. Pues tendrás que actuar a lo MacGyver.
    Coges un filtro de melita, lo cortas por abajo, introduces la lechuga y le ayudas con lo que más a mano tengas a caer. El embudo de lechuga para sandwich de toda la vida, vamos!!!

    ResponderEliminar
  2. ¡Ahí está la bondad y la dulzura que preguntabas hace unos días en el blog!

    En todas esas personas dispuestas a ayudarte en los quebraderos de cabeza con tus problemas cotidianos.

    Y en ti, en estas entradas superdiviertidas que pones para hacernos reír, como la de hoy.

    ResponderEliminar
  3. Pero... a quién se le ocurre comprar lechuga de esa embolsada, toqueteada y destrozada... y menos aún para sándwich?!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Vamos hombre

Egun on, Mikel. Cada vez estoy más harto de la vida en sociedad. Impone unos rigores del todo antagónicos con mi personalidad, o estado. Hasta en la tribuna. Resulta que en un córner, la pelota, después un despeje, un remate, rebotar en dos cuerpos y pegar en el larguero, fue rechazada por nuestro portero con gran alivio de la hinchada local y gran enojo de los visitantes, que reclamaban la concesión del gol. Una de estas últimas demandantes estaba sentada a mi derecha. Como estábamos a setenta metros del lugar de los hechos, más o menos desde donde se sacó esta foto, como desde ahí es imposible saber si lo que se mueve es un futbolista o un conejo, como la línea de gol no se ve porque la portería está en cuesta, como la señora portaba unas gafas cuyos vidrios eran tan gruesos como los de las mías y como parecía una mujer amable pese a sus gritos desaforados, me atreví con un comentario bienintencionado con el que aliviar esa tensión que amenazaba con provocarle una arritmia cardiaca,
Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres. No es ya un extraño país lejano en el horizonte, es cita donde me aguardan pupilas que me conocen, labios que me dieron besos, pieles que llevan mis roces. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, de gestos ya conocidos de amor, de abrazos que acogen, en los que revivir puedo amadas palpitaciones, y tantos y tantos sueños que aguardan consumaciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones: me gusta saber que Dios prepara para los hombres Paraísos que permiten recuperar los adioses. Allí se me van llegando uno a uno mis amores, con besos hoy silenciosos que tendrán resurrecciones. Se me va poblando el cielo de rostros y corazones, se va volviendo mi hogar, llenándoseme de nombres.

12 de abril de 2024, tres cosas.

  Solo quiero decir tres cosas, porque al día de la Tercera Gabarra le empiezan a sobrar   palabras. Así que comparto una confesión, una constatación y una sensación.   Me confieso emocionado y agradecido por haber empezado el día en Radio Popular, en una de las casas más genuinas del Athletic Club, desde la que se ha servido tantas veces el bacalao, cantado, narrado y descrito por Fede Merino, Jose Iragorri, Raúl Jiménez y Koldo Campo. Constato que el día de ayer estuvo lleno de belleza. De imágenes bellísimas de barcos, paisajes verdes, agua generosa, casas de colores rojos y blancos y  personas felices, de todas las edades, bañadas por el sol radiante y amable de la primavera. Imágenes que quedarán grabadas, además de en la memoria del móvil, en la de la gente que los llevaba. En su memoria personal y en la colectiva. Y como la belleza genera belleza, y detrás de ella viene la bondad, hoy tengo más motivos para ser optimista. Y tercero, la sensación, que tiene que ver con el